Un filme de Teodora Mihai

Festival de Cine de Morelia 2021: “La civil”, por estas razones sorprendió en Cannes

Relata la historia de una mujer que busca a su hija, quien fue secuestrada; el trabajo actoral de Arcelia Ramírez es de una lucidez apabullante

"La civil" se presenta en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
"La civil" se presenta en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Especial

El despiadado afán de una cámara obsesiva, que invade y aprovecha hasta el más mínimo detalle del intenso desarrollo emocional de la protagonista, haciendo por momentos de su mirada la del espectador, con fugaces visiones intercaladas que van dimensionando de a poco la presencia de los militares es de lo que Teodora Mihai se vale para elaborar un relato en donde la zozobra es una constante y el sentimiento de fatalidad lo impregna todo en la película “La civil”, que se presenta este sábado 30 de octubre en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

Son tales recursos los que luego, conforme avanza el transitar de esta mujer cuya desesperada búsqueda de su hija secuestrada, la lleva tomar acción al margen de las autoridades: habrán de ceder ante una manufactura más tradicional.

El enganche inicial es tan poderoso y el grado de honestidad que la lleva a rayar en el testimonio es tan abrumador, que a la propuesta le alcanza para superar la falta de verosimilitud que por momentos evidencia la ejecución de algunas situaciones y mantener un alto grado de tensión en el desarrollo, haciendo infranqueables los cuestionamientos morales que va arrojando, incluso a través de diálogos en la boca de los personajes menos esperados.

Por ejemplo, aquel que termina sentenciando: “Ni aquí deberían estar tan contentos, ni allá deberían estar tan tristes”, que sirve como descarnado y reflexivo preludio para la tormenta que se avecina, que bien podemos relacionar con lo que se vivió en el estado de Hidalgo en 2019, cuando búsqueda de la gente por sacar provecho de una fuga en un ducto de combustible terminó en tragedia.

Cabe destacar el uso calculado de la violencia explícita, que muestra al mínimo a las víctimas, para apostar más por las imágenes de las huellas que ésta deja en los espacios, las cuales causan un mayor impacto con lo que aluden y no nos dejan ver. Es esta decisión de equilibrar fondo y forma, dejando de lado el alarmismo y la provocación, lo que en relación con sus antecedentes de los años 80 y 90, distingue al actual cine mexicano impulsado por la denuncia y que tiene como extraordinarias representantes a “Sin señas particulares” y “Noche de Fuego”, películas con las cuales “La civil” completa una más que necesaria y comprometida trilogía.

Por supuesto, el trabajo actoral de Arcelia Ramírez es de una lucidez apabullante, llevando un proceso orgánico que hace de los silencios la herramienta contundente para señalar el cinismo de los servidores públicos y lo pusilánime de la postura de quienes le rodean. Lo mismo se puede decir de Mónica del Carmen, a quien le bastan unos cuantos minutos para alcanzar la cumbre de la contención para luego derrumbarse y proyectar el dolor que viven aquellos que han visto desaparecer a sus seres queridos, pero además tienen que seguir tratando con quienes son parte de ese entorno de infamia y podredumbre humana.

“La Civil” es una disección social profunda y en carne viva, que luego de su paso por Cannes llega a uno de los eventos fílmicos más importante de nuestro país, el Festival Internacional de Cine de Morelia.

AG

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