La producción Nadie duerma ofrece al espectador una mezcla de danza contemporánea inspirada en los artes del butoh y el kabuki japoneses, con un programa musical para dos pianos a cargo de Karina Peña y Jaime Pullés, quienes interpretan piezas como Danza macabra, de Camille Saint-Saëns, y Mi madre, la oca, de Maurice Ravel, a las que se le suma el tenor Rogelio Marín, quien con su voz acompaña los movimientos de los bailarines Espartaco Martínez, Leonardo Beltrán, Tlatui Maza, Patricia Marín y Anivdelab Ponce de León. El espectáculo, que es una producción de Alberto Robinson para AM producciones en colaboración con Danza Visual, y cuyas funciones son de martes a domingos, hasta el 1 de octubre en el Teatro El Milagro, gira en torno a la búsqueda de la unidad, el equilibrio y explora la capacidad humana para sanar.