A sus 82 años, Cora Flores, bailarina y coreógrafa, tiene una vida atípica en una carrera que muchas veces termina a muy corta edad. Sigue creando obras y mantiene su presencia en los escenarios. Con dos prótesis en la cadera, incluso está por estrenar una coreografía el próximo mes. Por esta intensa labor, hoy recibe, la Medalla Bellas Artes 2018, en el Palacio de Mármol.
Ha ganado diversas distinciones, entre éstas, la medalla y diploma Una vida en la danza, pero hacerse acreedora de la Medalla Bellas Artes, es algo que todavía no asimila, por lo que se dice sorprendida.
“He sido muy honrada con otros reconocimientos que me han dado, pero éste es el que implica más en mi carrera”, señaló en entrevista con La Razón.
A los 14 años se inició en el mundo de la danza, arte al que ha dedicado su vida, muestra de ello son las pinturas y fotografías —de Nacho López y Luis Spota, por ejemplo— que adornan su casa. Se le ve en plena juventud bailando.
Por eso afirmó que agradece continuar haciendo este arte que “siempre he ha abrigado, he sufrido varias pérdidas, muchas tristezas y siempre me saca adelante”.
Está por estrenar una coreografía. “El mes que entra voy a tener una función, que me hizo favor de invitarme, Luis Neri, un joven coreógrafo, de mucho prestigio.
“El año pasado y antepasado estuve en un espectáculo de Lydia Romero; he estado con Cecilia Appleton, Oscar Ruvalcaba, quienes me han hecho el favor de hacerme coreografías, ya no estoy en edad, pero sigo diciendo que sí, porque lo que más me ha dado en la vida es la danza. Estar en un escenario es el mayor de los regalos de vida”, expresó.
Todo en la vida de la artista originaria de San Luis Potosí ha sido un tanto fortuito. Desde su inicio en la danza, en sus clases de ballet acuático porque padecía de asma; y después, su llegada al Ballet Concierto motivada por Socorro Bastida.
También su incursión en la danza moderna, cuando durante la Olimpiada Cultura de México 68, Guillermo Arriaga la invitó a bailar una de las grandes joyas de la danza nacional: Zapata.
Sus más de 60 años dedicados a la danza le han permitido ver las transformaciones de este arte en México. “En técnica, creo que los bailarines han llegado a realizar cosas que antes ni se soñaba que pudieran hacer; a cambio de eso, se ha perdido mucha expresión que es lo que antes se trabajaba más que ahora, porque la técnica era más reducida”, destacó.
La maestra Cora Flores es una ávida asistente a funciones de danza, cine, teatro y música. Así lo constata cuando se le pregunta ¿qué obras ha visto recientemente? De inmediato responde: Anna Pavlova e Isadora Duncan: Diálogos, de Tatiana Zugazagoitia y Carmen Correa (estrenada el 11 de octubre); Sacrixio. La consagración de la paz, de Álvaro Restrepo (20 de octubre); Bengalas en el cielo de Erika Méndez (18 de octubre) y Romeo y Julieta, de Rodrigo González, Oscar Ruvalcaba y Raúl Tamez.
Aunque a veces le llega la nostalgia de no poder bailar como en su juventud, diario se da ánimos. “En marzo iba a bailar y subiendo las escaleras me vino un mareo y me caí; este año ha sido muy difícil, día con día digo ‘si estoy viva tengo que seguir haciendo, yendo, disfrutando y tratar de seguir la vida como la he llevado hasta ahora”, concluyó la coreógrafa y bailarina que ha pagado en abonos las lesiones que ha sufrido, y de las cuales, afirma, podría escribir todo un libro.
[caption id="attachment_816982" align="alignnone" width="696"] La artista, ayer, en su casa, al finalizar la entrevista. Foto: David Flores Rubio[/caption]
Cora Flores
Nació: 2 de agosto de 1936, San Luis Potosí
Profesión: Bailarina, coreógrafa y maestra
Compañías a las que perteneció: Ballet Concierto de México, Ballet Folklórico de México, Ballet Folklórico del IMSS, Taller Coreográfico de la UNAM, Danza Libre Universitaria, entre otras
Interpretó roles en: Las sílfides, El lago de los cisnes, La bella durmiente, Giselle y Romeo y Julieta, entre otras
Ceremonia
Cuándo: 24 de octubre
Dónde: Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
Horario: 19:00
