También busca atraer a la comunidad nipona

Hotaru: aprendizaje del japonés con un enfoque mexicano

En este centro cultural se imparte el idioma con una metodología diseñada para hispanohablantes; “es hacer una crítica al eurocentrismo en términos de enseñanza de lenguas no europeas”, dice su director a La Razón

En el espacio se han realizado talleres de kimono.
En el espacio se han realizado talleres de kimono.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores
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Cuando se habla de centros culturales lo primero que se viene a la mente es un espacio al que acuden las personas para empaparse más sobre la lengua, hábitos, costumbres, tradiciones o gastronomía de un país o una comunidad. Sin embargo, hay casos como Hotaru, una academia que, si bien se encarga de difundir la lengua y cultura japonesas, también nació con el objetivo de ser un espacio para que los japoneses en México se acerquen a la cultura mexicana.

El proyecto, que cumplió cuatro años en abril pasado, surgió de la necesidad de Miguel Elguea, director del centro cultural y profesor de japonés, de enseñar este idioma de una manera más práctica para los hispanohablantes, ya que en otras metodologías la lengua de transición entre español y japonés siempre es el inglés, lo que complica el aprendizaje.

Miguel Elguea, durante una de sus clases.
Miguel Elguea, durante una de sus clases.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores

Explicó que desde el principio se propuso trabajar con materiales propios, diseñados por mexicanos para mexicanos, lo cual responde a la crítica decolonial de no pretender enseñar un idioma no europeo desde el enfoque occidental. “Uno de los objetivos principales de Hotaru es hacer una crítica al eurocentrismo, ya que, en términos de enseñanza de lenguas no europeas como el japonés, también impacta en la pedagogía, pues impide que el proceso de aprendizaje del alumno sea favorable”, dijo a La Razón.

Así, Miguel Elguea se dedicó a hacer su primer libro de texto para enseñanza del japonés, el cual es la parte más concreta de este joven proyecto. La propuesta partió del reto que implica la escritura de este idioma.

También colaboran profesores nativos.
También colaboran profesores nativos.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores

Muchos de estos caracteres, conocidos como kanji, han caído en desuso, por lo que puede resultar difícil para los estudiantes mexicanos memorizarlos. Pero ahí comenzó un juego de representación simbólica, enseñándoles que el kanji se puede interpretar, con resultados muy interesantes.

“Estoy casi seguro que somos la única escuela que enseña de esta manera, porque los libros que lo intentan hacer lo caricaturizan, lo siguen mostrando como algo muy infantil, en esta creencia de que pueblos como los chinos solamente hacían dibujitos”, externó.

Se promueve el intercambio cultural.
Se promueve el intercambio cultural.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores

Como parte de la metodología, el libro está escrito al 100 por ciento en español, lo que permite a los alumnos acceder de forma más sencilla al idioma y entender cómo funciona. “En los primeros niveles de Hotaru, los profesores que te toquen van a ser profesores que sí o sí tienen que hablar español y japonés para facilitar el acercamiento a un montón de temas que son diferentes entre ambos idiomas”, declaró.

Es bajo este sentido crítico frente al colonialismo que el profesor consideró que, más que ser otro centro de enseñanza del japonés, la intención es que la comunidad nipona que radica en nuestro país se acerque más a la cultura mexicana.

Realizan talleres de escritura con pincel.
Realizan talleres de escritura con pincel.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores

“Si aquí se puede aprender cultura japonesa para los mexicanos, que también sea un espacio donde los japoneses vengan a aprender cultura mexicana; entonces podrá crearse verdaderamente un túnel que transite en ambos sentidos de forma equitativa”, señaló.

“Nos interesa replantear el concepto de interculturalidad, generar este sentido de verse también a través de la otra cultura y que la otra cultura se vea a través de la nuestra. La interculturalidad me da ese toque valioso de entender los retos que tienen los japoneses para aprender mi idioma y mi cultura y a la inversa. Hotaru busca ser un centro cultural que permita que esa conexión se dé de forma mucho más amigable”, agregó.

Además de la enseñanza del japonés, en Hotaru se realizan otras actividades vinculadas como cinedebates, encuadernación japonesa, escritura con pincel, talleres de kimono, bonsái, manga y hasta shibari. Inclusive, cuenta con un dojo en honor a la multimedallista olímpica Lenia Ruvalcaba, donde se puede practicar judo, karate o aikido, bajo un enfoque de las artes marciales como filosofía de vida.

Se difunden costumbres y tradiciones de Japón.
Se difunden costumbres y tradiciones de Japón.Fotos: Cortesía Hotaru y Rafael Cervantes Flores