Fallece a los 72 años de edad

“Fue inesperado, se nos ha ido un grande”

Entre sus libros se encuentran Jardín de la luz y La sombra de los perros

El poeta David Huerta, junto con su esposa Verónica Murguía, en abril pasado en el Colegio de San Ildefonso.
El poeta David Huerta, junto con su esposa Verónica Murguía, en abril pasado en el Colegio de San Ildefonso.Pascual Borzelli Iglesias
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Días antes de fallecer el poeta David Huerta trabajó en la curaduría de un maratón de lecturas, junto con Hernán Bravo Varela, colega e incondicional amigo, por lo que su muerte ayer a los 72 años llegó por sorpresa para sus seres queridos.

“Fue inesperado porque se estaba sintiendo mejor, es una desgracia. David Huerta tenía controlada una condición de salud que padecía, no esperábamos este desenlace de ninguna manera. Se nos ha ido uno de los poetas mayores, no sólo de México, sino de la lengua española”, dijo a La Razón el poeta Hernán Bravo Varela, quien tuvo una amistad con el autor de Incurable de 26 años, lo conoció a los 17.

Huerta, quien se definió como hijo de la generación del 68, murió la mañana de ayer en su casa. Sus restos son velados en una funeraria ubicada al sur de la Ciudad de México.

Bravo Varela compartió que habían trabajado juntos en la organización de un maratón de lectura, que tendrá lugar el próximo 9 de noviembre, con sede aún por confirmar. En este evento se le rendirán honores.

“Muy recientemente terminamos de preparar un maratón de lectura que se celebrará gracias a la invitación de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, hasta unos pocos días antes de su muerte terminamos de atar cabos, de realizar invitaciones, a pesar de que David no se sentía muy bien en ese momento llevó a cabo su labor con el profesionalismo y el buen semblante que siempre caracterizó a todos sus trabajos, ya sea desde la poesía, la crítica literaria, la traducción, la edición las instituciones en las que trabajó, me quedo con el recuerdo de ese extraordinario colega”, contó.

Como alumno de Huerta, destacó la “infatigable curiosidad” del poeta, “ por los más diversos lenguajes, materias, texturas, formas y ámbitos de la poesía. Libro a libro se renovaba, iba y venía por todos los tiempos posibles de la literatura en busca de la mejor expresión posible, ya fuera en formas o moldes canónicos como el soneto, la décima, los endecasílabos, la rima, o bien, desde su tan admirada capacidad para contar en versículos sus propios evangelios, por decirlo de alguna manera”.

Dijo que una de las grandes lecciones con la que se queda es cómo Huerta fue una “escuela con magisterio, pero sin pedagogía, cosa que yo como su alumno y amigo, siempre agradecí por la generosidad, lo impecable de su gesto, su rigor intelectual, crítico, poético con el que llevaba a cabo sus labores”.

Para rendirle homenaje, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la Coordinación de Difusión Cultural, prepara un homenaje. Las actividades comenzarán hoy a las 18:00 horas, se transmitirá la lectura “La música de lo que pasa”, en las redes sociales de la institución.