El bailarín mexicano Isaac Hernández evidenció una vez más que es posible llevar la danza a un público masivo e inspirar, incluso, a quienes no son aficionados de este arte. De eso dejó constancia en la celebración de los 10 años de Despertares en el Auditorio Nacional, donde 10 mil almas le aplaudieron o se pusieron de pie para ovacionarlo a él y al elenco internacional que hizo sentir emociones diversas con lo más clásico del ballet, pero también con contemporánea, tap, freestyle y hasta un show de luces con música de los Backstreet Boys y Taylor Swift.
Eran las 20:30 horas del viernes, las miradas estaban expectantes ante lo que Isaac Hernández, fundador del proyecto, ha dicho que es “lo mejor del mundo en un mismo escenario”. Las luces se apagaron y aparecieron en la tarima dos bailarinas y cantantes, a quienes se unieron otras tres para ofrecer un número de tap. Si bien, el público no se desbordó de emoción con el arranque, fueron aplaudidas.
En el segundo acto, la magia ocurrió cuando los asistentes se percataron de la presencia de Isaac Hernández y Catherine Hurlin ejecutando el pax de deux de Don Quixote, clásico de Marius Petipa que lo ha llevado a la cima del reconocimiento internacional. Cuando el bailarín, quien en otoño se unirá al American Ballet Theatre, hizo una serie de giros, provocó los gritos de emoción y los aplausos de sus fans.
Otro momento que sorprendió fue con el pax de deux de la revolucionaria obra La dama de las Camelias, de John Neumeier y basada en la obra homónima de Alejandro Dumas, con la que apareció en el escenario la pianista Ana Gabriela Fernández para acompañar la danza de Alina Cojocaru y Alessandro Frola. La propuesta estuvo llena de dramatismo y desencuentros.
Estos diez años han sido emocionantes, llenos de momentos especiales. Cada edición, cada año que pasa cuenta una historia, lo que he vivido como persona, como profesionalIsaac Hernández, Primer bailarín
Acto seguido tocó el turno del estadounidense Brooklyn Mack, del Guest Artist, con una breve interpretación de Gopak, de Rostislav Zakharov. Sorprendió con los saltos que dio.
Si el anterior intérprete impactó, cuando apareció Chey Jurado en el escenario, los asistentes se emocionaron aún más. El bailarín apareció y una luz tenue apenas lo iluminaba, así comenzó a hacer movimientos lentos, pero a su vez hipnotizantes, pues todo el Auditorio Nacional estuvo en un silencio total cautivado por el intérprete español, a quien se vio ejecutar pasos de danza urbana como si su cuerpo fuera de plastilina por la cadencia y fluidez con que se movía. Al final el público se desbordó en aplausos para el artista español, ofreciendo uno de los instantes más emotivos de la velada.
En la primera parte del espectáculo también destacó la presencia de Esteban Hernández y Katherine Barkan, quienes cautivaron con un pax de deux de Diana & Actaeon, del célebre Rudolf Nuréyev, un número nada sencillo tomando en cuenta la icónica ejecución de quien es considerado uno de los mejores bailarines del siglo XX. Sin embargo, ambos ejecutantes demostraron su capacidad técnica y fuerza corporal, que se vio tanto en sus pirouettes como en sus saltos, llevándose los efusivos aplausos de los asistentes.
Por primera vez se presentó el pax de deux del segundo acto de la oscura versión de Giselle, de Akram Khan, con Alina Cojocaru, Emily Suzuki e Isaac Hernández. El inicio del número, sin música, adentró al público a esta perturbadora obra que culminó de manera dramática cuando esta Giselle se suicida para salvar a su amado, provocando la conmoción del público.
El final de la primera parte de Despertares culminó con el show Light Balance, que ayudó a los presentes a salir de los lúgubres sentimientos que causó Giselle, pues los bailarines ataviados con trajes con luces leds ofrecieron un número lleno de alegría al moverse coordinados con su atuendo, al ritmo de temas populares como “Everybody”, de los Backstreet Boys o “Shake It Off”, de Taylor Swift. Más de una persona entre el público comenzó a bailar tímidamente.
En la segunda parte del programa resaltó la danza contemporánea y el ballet, una de las piezas que impresionó fue el pax de deux de Dust, del célebre Akram Khan, una obra sobre el papel que jugaron las mujeres en la guerra y comisionada por Tamara Rojo desde 2012 para el English National Ballet.
También fue aplaudida la peculiar obra Les lutins, de Johan Kobborg, en la que Esteban e Isaac Hernández compartieron escenario con la pianista Ana Gabriela Fernández y la violinista Cordula Merks, con quienes brindaron algunos momentos cómicos al ver a los dos hermanos peleando por quién hacía las mejores ejecuciones dancísticas y luego disputando la atención de una atractiva joven (Dores André).
Otra bailarina que cautivó fue Sae Eun Park, la primera coreana en convertirse en prima baillerina del Paris Opera Ballet, quien ofreció una elegante, etérea y bella Giselle, junto con Germain Louvet. Ataviada con el característico atuendo blanco, la ganadora del Benois de la Danse 2018 hacía movimientos delicados y precisos, pero también emotivos. Al terminar fue ovacionada por los espectadores.
También el apasionado bailarín Braylon Browner se llevó los aplausos con A Sunday King of Love, obra que el mismo creó y en la que hizo gala de sus proezas en el arte de la danza, al verlo girar o mover con agilidad y destreza brazos y torso.
Para finalizar, Isaac y Esteban Hernández bailaron la emotiva coreografía May Way con música de Frank Sinatra, antes de que todos los intérpretes salieran al escenario para despedirse de un público emocionado que aplaudía sin parar y se levantaba para ovacionarlos. El fundador de Despertares se acercó para saludar a algunos fans como todo un rockstar en esta noche en la que el Coloso de Reforma vibró con la danza.