Falleció el pasado 16 de enero

“José Agustín sigue inventando que sueña”

Alrededor de 100 personas acudieron al homenaje póstumo que se le rindió en el Zócalo de la Ciudad de México al autor de Ciudades Desiertas

Jóvenes, ayer durante el homenaje dedicado al autor.
Jóvenes, ayer durante el homenaje dedicado al autor. Foto: Secretaría de Cultura de la CDMX

“José Agustín sigue inventando que sueña, porque su sueño sigue siendo una realidad en sus libros y en sus lectores”, expresó ayer el periodista cultural Andrés Ruiz, ante alrededor de 100 personas que acudieron al homenaje póstumo que se le rindió en el Zócalo de la Ciudad de México al autor de Ciudades Desiertas, quien falleció el pasado 16 de enero.

La prueba más fehaciente de que José Agustín sigue “inventando que sueña” es una lectora de 15 años llamada Angelique, quien descargó La tumba en su celular y lo leyó durante un viaje: “Fue mi primera lectura, no me la esperaba, porque fue recomendada por un profesor de español, al leerla comienzo a ver cosas sexuales, te interesas tanto por la lectura que quieres leer más y más”, contó a La Razón.

En el homenaje, al aire libre y en el pasto (como le hubiera gustado a José Agustín, remarcarían los ponentes), el escritor Paco Ignacio Taibo II, destacó la irrupción que significó De perfil.

“Agustín decide moverse en los territorios de la naciente clase media-urbana y escribir una novela iniciática, repleta de sexo y albures, afortunadamente, porque el puritanismo dominaba todavía a nuestras letras. Agustín es rompedor”, remarcó el también director del Fondo de Cultura Económica, quien muy a su estilo recomendó: “Léanse en chinga De perfil, porque los elementos de rebelión y de descubrimiento de la adolescencia están ahí”.

Por su parte, Andrés Ruiz también habló del parteaguas que significó ese libro. “Cuando leí De perfil me topé con la mayor sorpresa que pude tener en la vida de lector, encontré a personajes que hablaban como yo, que veían el mundo como yo, que tenían una perspectiva desde la que yo contemplaba el mundo. La literatura que había leído antes me decía muchas cosas a partir de otros pensamientos, pero no me hablaba de tú, no me veía a los ojos, no me retaba y él me deslumbró”, dijo.

Ruiz recordó la alegría que siempre vio en el escritor: “Otra cosa que era maravillosa es la alegría de vivir que tenía José Agustín, esta andanada de carcajadas. Era la alegría de vivir, de tener 20 años, de romper los esquemas, la alegría que lo persiguió toda su vida”, finalizó en este breve homenaje de 35 minutos.