Louise Phelan —cantante irlandesa de jazz radicada en México— lanza, junto al guitarrista mexicano Octavio Herrero (integrante de la banda Las señoritas de Aviñón), el álbum Azules (Bunga Records, 2022) conformado por doce temas (6 originales y 6 clásicos) representativos del género blues en proyección de una sonoridad de matices interpretativos muy personales con apoyo de un ensamble de guitarra, contrabajo, bajo, batería, piano, órgano, violín, armónica, tuba y voz.
“Este disco transita entre lo tradicional y lo ecléctico; proyecto decantado por un chilango devoto del género, el guitarrista Octavio Herrero, y una hija del jazz nacida en Irlanda que vive en México. Se grabó durante la pandemia en 2021 con amor y entusiasmo. Entregamos una colección de canciones encontradas, no buscadas, que se impusieron por su significativa sonoridad en un homenaje muy personal a Nueva Orleans, sitio donde nació el blues”, expresó en entrevista con La Razón, Louise Phelan.
Está toda la consonancia anímica de Nueva Orleans. Pero, se cuelan sin vergüenza canciones nuevas como “Up to Us” y “Dios Dirá”: la primera, una convocatoria a la verdad en el amor; y la segunda, una chanza acerca del abandonoLouise Phelan<br>Cantante<br>
y la soledad
¿Cómo llegó el guitarrista Octavio Herrero al proyecto? Cuando maduró la idea de grabar juntos, no me lo creía: su presencia es un regalo de Dios. Él es un connotado intérprete de blues con su banda Las Señoritas de Aviñón, conoce muy bien los entresijos del género, su presencia en el disco, tocando la guitarra, es clave. Los arreglos hechos por él definen la prosodia de la placa.
¿Concepto blusero muy personal? Está toda la consonancia anímica de Nueva Orleans. Pero, se cuelan sin vergüenza canciones nuevas como “Up to Us” y “Dios Dirá”: la primera, una convocatoria a la verdad en el amor; y la segunda, una chanza acerca del abandono y la soledad. El repertorio contiene temas de siempre, redescubiertos, reverenciados y reformulados desde nuestra óptica interpretativa.
¿Abordan la temática del racismo en algunas piezas? Llamó a la puerta “Sars for Days”; y repasando “Third Degree” (Willie Dixon), me brotó “Killing Spree”, cuyo lamento por el racismo yo le doy un viraje hacia el machismo. Melodías que nacieron en los ensayos, al caminar en dirección de “Slippin’ and Slidin” (Little Richard), surgió “Sneakin”, un homenaje a mi perro Sneaky, que murió en el estudio de grabación.
¿Tonalidades concebidas desde la espontaneidad, sobre todo en las composiciones de Herrero y las suyas? Sí, por ejemplo, la melodía de “Dios dirá” le llegó a Octavio sin aviso. Se la regaló su guitarra mientras él tocaba otra cosa; la letra nació un día antes de ser grabada. Un blues que da cuenta de un abandono. Lo mismo sucede con mis composiciones: están sustentadas desde la naturalidad, sobre todo en “Killing Spree”.
¿Ciertas consonancias de jazz gitano en la acústica del violín? Se hace patente en la prosodia de “Dios dirá” con un dinámico olor a jazz gitano, que el violín de Carlos Alegre subraya con energía. “Up to Us”, la única pieza del álbum que decidió desmarcarse del blues, juega un poco con otras resonancias.
Azules
- · Artistas: Louise Phelan & Octavio Herrero
- · Género: Blues
- · Disquera: Bunga Records (Independiente), 2022