El autor Luis Mateo Díez, quien ayer recibió el Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad Alcalá de Henares, España, aseguró que fue un “niño de la posguerra” y tuvo siempre en él una “atmósfera de tristeza y desolación”, por lo que su destino era ser escritor.
“Fui un niño de posguerra y el lastre de ese tiempo histórico detalla en la memoria atmósferas y sucesos que la empañan, de manera que una infancia en esos años puede destilar un apego de tristeza y desolación, lo que tantas pérdidas suponen entre las familias y los vecindarios y, sin embargo, la geografía y el paisanaje de mi niñez no llegaban a enturbiarse del todo, supongo que porque la suerte de los afectos se sobreponía a la desgracia de tantas desdichas”, expresó Luis Mateo Díez durante su discurso.
Confesó que viviendo en ese contexto poco a poco se enamoró de leer y después de crear historias. “Mi destino de escritor, ya ven ustedes con qué facilidad la vida me encaminaba y encandilaba, con el sustrato primitivo de una fascinación y un embeleso, de tal modo que escuchar y escribir unían lo que leer y contar tenían de aliciente y acicate. Un maravilloso entretenimiento que daría razón de ser a ese destino irremediable”, manifestó.
Escuchar y escribir unían lo que leer y contar tenían de aliciente y acicateLuis Mateo Díez<br>Escritor
Con el paso de los años, añadió, encontró esa fascinación por contar historias: “Supongo que la revelación de tantos cuentos y voces contadoras, íntimamente unidas a las propias de los grandes maestros de la ficción, a lo que el conocimiento significa en el patrimonio de la imaginación literaria, ahormaba y fertilizaba el largo proceso de aprendizaje en el que yo, pacientemente, velaba las armas del novelista, escribía con tesón y rigor buscando mis modelos y, en cualquier caso, intentando sentirme heredero de cuanto pensaba que me enriquecía al llegar a mis manos”, compartió.
Contar otras vidas ha sido su motor, pues “nada me interesa menos que yo mismo”, abundó en su discurso en el que también aludió a Miguel de Cervantes Saavedra.
El Premio Cervantes le fue concedido “ser uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios”.
Luis Mateo Díez es autor de los libros La fuente de la edad, La cabeza en llamas, Los frutos de la niebla y La ruina del cielo.