Narges Mohammadi, la activista iraní encarcelada por su incansable lucha en favor de los derechos de la mujer y la democracia, y contra la pena de muerte, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023.
“Este premio es ante todo un reconocimiento a la importantísima labor de todo un movimiento en Irán con su líder indiscutible, Nargis Mohammadi”, expresó Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel.
El comité espera que el reconocimiento sea “un estímulo para continuar el trabajo en la forma que este movimiento considere apropiada”. Asimismo, instó a la República Islámica a liberar a Narges Mohammadi a tiempo para la ceremonia de entrega del galardón el próximo 10 de diciembre.
Durante casi toda la vida de Mohammadi, Irán ha estado gobernado por una teocracia chií comandada por un líder supremo. Aunque las mujeres pueden trabajar y ocupan puestos académicos e incluso cargos gubernamentales, sus vidas están muy vigiladas. La ley exige que lleven al menos pañuelo, o hiyab, para cubrirse la cabeza como señal de piedad.
La activista le aseguró a The New York Times, que “el apoyo y el reconocimiento global de mi defensa de los derechos humanos me hace más decidida, más responsable, más apasionada y más esperanzada”.
“Espero también que este reconocimiento haga que los iraníes que protestan por el cambio sean más fuertes y estén más organizados… La victoria está cerca”, agregó. Narges Mohammadi ha sido encarcelada 13 veces y condenada en cinco ocasiones, de acuerdo con Reiss-Andersen. En total, ha sido sentenciada a 31 años de prisión. Su último ingreso en la cárcel comenzó cuando fue detenida en 2021, luego de participar en un acto en memoria de una persona fallecida en las protestas que sacudieron el país en 2019 tras el alza del precio del combustible.
Espero también que este reconocimiento haga que los iraníes que protestan por el cambio sean más fuertes y estén más organizados… La victoria está cercaNarges Mohammadi<br>Activista
Ha estado recluida en el conocido penal de Evin, en Teherán, entre cuyos reos hay personas con vínculos con Occidente y presos políticos.
“Las mujeres de Irán han sido una inspiración para el mundo. Su valentía y determinación frente a las represalias, a la intimidación, a la violencia y a los arrestos han sido extraordinarias”, señaló Ravina Shamdasani, vocera de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. “Pedimos su liberación y de los demás defensores de los derechos humanos detenidos en Irán”.
Narges Mohammadi estuvo presa durante las recientes protestas que sacudieron Irán tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida por la policía de la moralidad, hecho que provocó uno de los mayores desafíos a la teocracia iraní desde la Revolución Islámica de 1979: más de 500 personas murieron en la intensa campaña de represión y más de 22 mil fueron arrestadas.
No obstante, la activista contribuyó desde Irán con un artículo para The New York Times: “lo que el gobierno quizá no entienda es que cuantos más de nosotros encierre, más fuertes nos hacemos”, escribió.
La primera reacción que hubo en Teherán por el Nobel a Mohammadi fue que agencia noticiosa semioficial Fars la presentó como alguien que “se empeñó en crear tensión y disturbios y afirmó falsamente que fue golpeada en prisión”.
Antes de entrar en prisión, Mohammadi era la vicepresidenta del prohibido Centro de Defensores de los Derechos Humanos de Irán. Ebadi, con quien tiene una estrecha relación, fundó la organización.
El hermano de Mohammadi, Hamidreza Mohammadi, señaló a AP desde Noruega, donde vive, que no ha podido hablar con su hermana pero sabe que el premio “significa mucho para ella”.
“El premio significa que el mundo ha visto este movimiento”, pero no afectará a la situación en Irán, lamentó. “El régimen redoblará la represión contra la oposición. Se dedicarán a reprimir a la gente”, agregó.