Baile, danza, música y fiesta

Oaxaca llena de fiesta el arranque del Cervantino

El la inauguración de la edición 52 del festival, el estado invitado muestra la riqueza cultural de las ocho regiones; público abarrota la explanada de la Alhóndiga de Granaditas

La Gelaguetza, durante la inauguración del Cervantino, ayer.
La Gelaguetza, durante la inauguración del Cervantino, ayer.Foto: Armando Armenta
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La explanada de la Alhóndiga de Granaditas y sus alrededores se llenaron de algarabía, fiesta y tradición con una auténtica Guelaguetza oaxaqueña en la inauguración de la edición 52 del Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, la noche de ayer, donde el estado invitado de honor mostró el esplendor de las ocho regiones que lo conforman.

Minutos antes de comenzar el espectáculo, con una explanada atiborrada por dentro y sus alrededores, la alegría se contagiaba con la música oaxaqueña de fondo y con el obsequio de algunos sombreros de paja.

El escenario se vistió con adornos coloridos y fue el Himno de la Diosa Centeótl, el que dio el inicio a la mayor fiesta de Oaxaca. La representante de la deidad de este año, Juana Hernández López, dio la bienvenida la fiesta: “Que empiece la fiesta grande, que comience el Cervantino, gracias Guanajuato”, dijo ante los aplausos efusivos de los presentes.

Después, un hombre con un atuendo blanco cargando un torito y chinas oaxaqueñas de la región de Valles Centrales bailaron el tradicional Jarabe Del Valle. Llenaron de color el escenario con arreglos florales que cargaron en su cabeza y los hombres levantaron estrellas, corazones y soles.

“¡Viva la Guelaguetza, viva Cervantino, viva Oaxaca, viva Guanajuato!” fue el grito en la Alhóndiga de Granaditas con este inicio de la Guelaguetza que trasladó a los presentes al Cerro del Fortín de la entidad del sur del país, que cada año con esta fiesta rinde culto a la Virgen del Carmen.

Posteriormente, el público pudo admirar las tradiciones de la región de la Costa, directamente de San Pedro Pochutla, la tierra con aroma dulce de café, dos novios bailaron un son que suele tocarse en las bodas tradicionales hasta el cuerpo aguante; los invitados suelen usar atuendos blancos (hombres) y faldas coloridas (mujeres). Como es costumbre en esta fiesta de la hermandad se arrojaron regalos a los asistentes.

Luego siguió la región Valle de Juárez con sus sones y jarabes de San Melchor Betaza. Bailarines con pulcros atuendos blancos salieron al escenario a compartir parte de su cultura, donde la música y las danzas se viven entre las montañas. Al final arrojaron bolsas de café, entre el público una se rompió y despidió un rico aroma.

Al cierre de esta edición, la Guelaguetza y ambiente de celebración seguían con alegría. Aún se esperaban números como la emblemática danza de la Flor de piña, de la región del Papaloapan.

Previo al espectáculo, en el Museo Regional de Guanajuato, la gobernadora de la entidad, Libia Dennise García Muñoz Ledo, y la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, destacaron la presencia de las mujeres en esta edición del FIC.

“El Cervantino tiene rostro de mujer, en México y Guanajuato llegó el tiempo de las mujeres”, dijo la gobernadora y destacó que esto traería cambios en diferentes ámbitos.