Olivier Grossetête creará una efímera réplica del Teatro Juárez

Conocido por sus impresionantes creaciones efímeras, el Festival Internacional Cervantino recibirá al francés Olivier Grossetête, que replicará, con ayuda de los asistentes, la fachada del Teatro Juárez del 23 al 27 de octubre en Los Pastitos. Esperan utilizar unas mil 800 piezas de cartón; es decir, casi dos toneladas de material, pues esta construcción monumental participativa va a tener 18 o 20 metros de altura y 15 o 18 metros de ancho, detalló el artista en entrevista con La Razón.

“Cuando todos juntos nos unimos podemos crear algo maravilloso y creo que a veces las personas que tienen el poder sólo quieren controlar a la gente, pero cuando a la gente se le deja libre y se le tiene confianza, cuando todos juntos nos retroalimentamos y trabajamos, podemos crear algo magnífico, ése es mi mensaje”, explicó el creador.

Los visitantes del Festival Cervantino tendrán la oportunidad de involucrarse en la construcción colectiva y experimentar el potencial de la colaboración artística en el entorno urbano usando únicamente cartón y cinta, lo que le ha valido a Olivier Grossetête ser considerado uno de los artistas contemporáneos más innovadores de Francia.

El proceso de construcción, explicó, tiene esencialmente tres tiempos. El primero es el de los talleres, pueden participar personas de todas las edades, donde se corta y preensambla el cartón durante siete días. Grossetête confesó que esta fase “es un momento más íntimo, porque somos pocas personas”.

El segundo tiempo, que al artista le parece más espectacular, es el de la elevación de toda la estructura sin ayuda de grúa ni maquinaria alguna. Se inicia montando la parte superior y poco a poco se eleva y se van agregando las piezas de abajo.

“Todos pueden venir y unirse a nosotros, pueden participar ya sea cinco minutos o todo el día”, invitó al público el constructor. Además, expresó que esta etapa “es un momento en el que podemos sentir en nuestro propio cuerpo y toda la energía colectiva que se genera”, de ahí la importancia de la actividad.

La contemplación, el tercer momento, durará aproximadamente dos días, detalló Olivier Grossetête, y “vamos a poder deambular dentro de la estructura, hacer tags, grafiti, escribir. No hay ninguna regla acerca de lo que se puede o no se puede hacer en ese momento”, pues es un lienzo creado por y para la gente del lugar donde se realiza.

Y finalmente, pasado este proceso, viene la etapa de la demolición, que le ha dado el apodo de “el arquitecto efímero”. Con ayuda de una cuerda, se derrumba la estructura y después el público, principalmente los niños y niñas presentes, escalan las ruinas y aplastan cada cartón, que luego es enviado a reciclaje.

“Vamos a demoler esto todos juntos para mostrar que podemos hacer algo en conjunto y que lo importante no es el resultado, sino el proceso, el soñar juntos. Por eso le ponemos fin, lo importante es el proceso colectivo”, detalló.

El Teatro Juárez se caracteriza por tener una fachada adornada con columnas corintias y esculturas que representan a las musas de la música, la poesía y la tragedia, cada una lleva atributos específicos y posee actitudes que reflejan su dominio sobre una disciplina artística o científica.

El artista y su equipo eligieron recrear dicha parte porque les pareció que era realizable en cartón y por ser estéticamente interesante. Lo considera “un teatro bello e impresionante”.

“Soy muy sensible a la promoción de la cultura y evitar edificios relacionados con la política o la religión, que son fuente de discordia, por eso preferí un símbolo cultural”, agregó.