Antes de la llegada de los españoles a México, las culturas indígenas celebraban rituales en honor a sus ancestros. Durante estos rituales, se prepararon ofrendas que incluían este elemento de masa en forma de deidades o calaveras. Hoy en día es un proceso que combina habilidad culinaria con profundo simbolismo y su producción es en masa. De acuerdo con datos de Statista, en 2019 y 2020 el consumo de pan de muerto fue del 94% de la población en México. En 2021 y 2022, se cree que, por la pandemia de Covid, la cifra disminuyó un 2%; sin embargo, en 2023, se espera que el consumo sea del 95%, es decir, que 95 de cada 100 personas coman al menos un pan de muerto en sus diferentes variedades.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.