Paulina Rojas Sánchez, la autora

Poemario evoca remembranzas infantiles, nostalgias y gozos

En Todos vieron al sol quemar el pastizal, la poeta dedica versos a la ciudad; también aborda un “mundo interno más bien oscuro”, comenta a La Razón

La poeta Paulina Rojas Sánchez, en una imagen de archivo.
La poeta Paulina Rojas Sánchez, en una imagen de archivo. Foto: Cortesía Paulina Rojas Sánchez

Paulina Rojas Sánchez (Ciudad de México, 1987), editora --junto a Odette Alonso-- de la encomiada Versas y diversas. Nuestra de poesía lésbica mexicana contemporánea (2020), debuta como poeta con Todos vieron al sol quemar el pastizal (Buenos Aires Poetry, 2023): sugerente primer cuaderno suscrito por evocaciones en que la infancia, la familia, el erotismo, la nostalgia, los gozos y la Ciudad de México conforman un inventario de gestos y hendeduras venidos de ecos lejanos que la memoria resguarda: reflejos en el ahora, dibujos que dialogan con lo cotidiano.

“Estos poemas fueron naciendo poco a poco, como un despertar más bien aletargado. Quizá lo que más me sorprende es que su rumbo empezó a nublarse de pronto. Al inicio, comencé por hablar de la ciudad y sus recovecos, aunque en algún momento, el tono cambió a un mundo interno más bien oscuro, que encontró en la poesía la única manera de salir. He tenido siempre cercanía con la poesía, éste es el primer libro que publico”, comentó en entrevista con La Razón, Paulina Rojas Sanchez, editora también de la colección Bulevar Arcoíris de literatura LGBTI+.

¿La infancia suscrita en evocaciones e improntas emocionales? La infancia como un baúl escondido en la habitación más oscura. Ahí donde se guardan los juguetes y los secretos. Ninguna infancia es tan inocente y, sobre todo, mucho pecamos al querer aferrarnos a ella como una época bucólica. Vimos todo y sabemos todo, por eso somos siempre adultos fracturados que se derrumban cuando la recordamos tal cual fue.

El erotismo en sutiles referencias. ¿Por qué? Tenía que balancear las emociones y sentimientos. Puedo decir lo anterior un poco en broma, pero en el fondo así es. Tengo la impresión que los poemas de tonalidad erótica son los que tienen más una conciencia de la creación poética; después de un poema, por ejemplo, quizá tan hermético como “Serpiente abisal”, tenía un poco la urgencia de consolarme y sentir menos dura la realidad. Es posible que el erotismo sea mi manera de “cerrar los ojos”.

¿La Ciudad de México en un retrato de nostalgias y gozos? La Ciudad de México y yo hemos cambiado al mismo tiempo, desde ese lugar de Tláhuac donde viví mi infancia: un pastizal que ahora no existe, hasta las calles del Centro Histórico que tanto me gustan recorrer. Sí, hay gozo y nostalgia en perderse entre las multitudes del mercado de Mesones o una pena escondida en los faquires del metro a quienes vemos de reojo. Quizá esta Ciudad es un juego de reflejos entre ella y yo, entre nuestro dolor y la belleza que nos merecemos.

¿Versos de designios y acasos reverberantes? Las reverberaciones de los recuerdos y las ciudades. Tal vez no son designios, sino deseos de lo que me gustaría que pasara, repetirlos hasta convencernos que así será.

¿Poetas que han tenido influjos en su formación? Quizá uno de los poemas que siempre viene a mi mente, como aparición, es el “Nocturno III” de José Asunción Silva. Me parece maravilloso, siempre me estremece cuando leo ese ritmo de llanto contenido. Además, tengo la fortuna de estar en contacto y conocer a varios poetas contemporáneos y quizá, aunque inconscientemente, algo de ellos ha quedado en mí. Disfruto mucho la poesía cubana al lado de mi compañera, la poeta cubana-mexicana Odette Alonso.

En el contexto de la poesía mexicana actual, ¿dónde se ubica usted? Es difícil pensarme en algún lado porque es mi primer libro y mi inicio en la escritura de manera profesional. Mi estilo se aleja de esa impronta juvenil de los primeros versos, de la necesidad de ruptura del lenguaje y los cánones poéticos de mis contemporáneas. Supongo que el tiempo y la crítica podrán decir en qué parte de la cronología de la lírica mexicana me ubicaré.

Canto de viudez

Caminar del lado de la sombra

para evitar la insolación

y la inquisidora mirada

del juez y el asesino.

Se quedaron

la hermana de mi padre

y esa casa vieja,

en el derrumbe del tiempo

de un país enigmático.

Cruzar el patio en una balsa

después del desayuno

para besar a esa mujer.

Conocí la tristeza en la viudez de su mirada,

un vestido de flores,

las palabras solas

y el bochorno de la tarde.

Esta noche,

las dos aceras son la misma,

los ojos del juez y el asesino

se entretienen en la hoguera.

Poema tomado de Todos vieron al sol quemar el pastizal de Paulina Rojas Sánchez

Todos vieron al sol quemar el pastizal
Todos vieron al sol quemar el pastizal ı Foto: larazondemexico
  • Autora: Paulina Rojas Sánchez
  • Género: Poesía
  • Editorial: Buenos Aires Poetry, 2023