La poesía es un género en el que no incursionaría, dijo la escritora argentina Mariana Enríquez, reconocida por su maestría en el terror. Aunque su carrera la ha llevado a explorar distintos géneros como el realismo sucio, el horror sobrenatural y la narrativa psicológica, la poesía es uno que prefiere evitar.
“No me atrevo con la poesía”, mencionó en conferencia de prensa, en el marco de la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2024 (FILO). “Me atrevo a cualquier cosa cuando veo que hay resultados, aunque sean desastrosos, pero con la poesía es distinto”.
Mariana Enríquez ha desentrañado los miedos más profundos de la región: la violencia, la pobreza, la desigualdad y lo sobrenatural que existe en la vida diaria. En obras como Las cosas que perdimos en el fuego, habla de lo más oscuro de la sociedad, pero la poesía, un género que parece más personal, la intimida.
“Soy mala, hay que reconocer cuando no se tiene talento”, explicó la escritora, quien empezó a publicar muy joven, a principios de sus veinte años. “Tal vez cuando sea más vieja lo intente”, agregó. Por ahora, piensa tomarse el próximo año para escribir novelas y otros proyectos que tiene en puerta.
Pese a su rechazo por la poesía, la autora no teme innovar dentro del terror, su género favorito. Ha abordado desde el realismo más crudo hasta el horror psicológico, siempre manteniendo un fuerte sentido de crítica social.
Para ella, el terror es una herramienta poderosa para hablar de las desigualdades y los traumas históricos que marcan a América Latina, como las dictaduras. Enríquez ha encontrado en esto un espacio seguro para desentrañar lo que, a su parecer, realmente asusta: las dinámicas de poder, el dolor heredado y los miedos colectivos.
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