La última estadística que se tiene en México señala que en el país existen 60 mil actores en activo, de los cuales el 11 por ciento está afiliado a la Asociación Nacional de Actores (ANDA), mientras que el 89 restante decide no incorporarse debido a que actualmente no tiene trabajo estable y los salarios son bajos, y eso los deja sin seguridad social.
“Cada vez que tú trabajas y le reportas a la ANDA que estás laborando, manda a un comisionado sindical, que es quien levanta la nómina: el actor debe pagar el 10 por ciento de cotizaciones y cinco por ciento de cuota extraordinaria, y por ello la asociación les da lo que son prestaciones sociales, las cuales dependen de la calidad sindical, no es lo mismo ser aspirante o meritorio que administrado y honorario”, explicó a La Razón Javier Tovarich, excoordinador de Secciones y Delegaciones de la Secretaría de Interior y Exterior de la ANDA.
No obstante, al no tener actualmente un trabajo constante y al verse reducidas las oportunidades laborales por la situación económica del país, ese porcentaje que el sindicato les cobraría, gran parte de los histriones prefiere emplearlo para saldar sus deudas y vivir, aunque ello signifique estar desprotegidos ante cualquier suceso.
“Pertenecer a la ANDA sirve de mucho cuando estás cotizando y tienes trabajo constante, pero actualmente muchos actores viven al día y como tienen que estar resolviendo su vida, en lugar de cotizar unos 10 mil 500 pesos, por ejemplo, prefieren invertirlos en cubrir la renta y comer”, añadió.
"Es ingrato con la comunidad artística porque nosotros contribuímos al PIB de una manera bastante generosa y se nos retribuye muy poco más allá de las becas, y toda nuestra obra pasa a ser del país”
Javier Tovarich
Actor
“Además, el tipo de prestaciones que te otorgue el sindicato no depende de cuánto dinero cotices, sino de la calidad que tú tengas: si eres aspirante pues no tienes ningún derecho más que poder ir al médico con ellos; conforme vas subiendo de categoría se te van sumando, y como está creado el estatuto, cuando tú ya eres honorario tienes todos los derechos: funerarios, pensión, servicios médicos y hospitalarios”, abundó el también actor.
Tovarich detalló que actualmente una función es pagada “generosamente” en 2 mil pesos, “pero muchas veces te dan sólo 800, dependiendo para quién trabajes”, cifra que multiplicada por el número total de presentaciones de la temporada del espectáculo, se traduce en el salario final. A eso hay que descontarle el 15 por ciento de la cotización en la ANDA, y sumarle la inversión realizada por el actor durante el tiempo de ensayos, los cuales no son remunerados.
“En México no existe la costumbre de pagar ensayos, por lo que el tiempo que éstos duren el actor tiene que pagar su desplazamiento, alimentación y gastos específicos para la obra, como un entrenador personal, gimnasio, etcétera; y además hay casos en los que tú mismo tienes que poner tu vestuario y maquillaje. Por ello, si tuviste la suerte de cobrar dos mil por función y la temporada fue de 15, tienes que dividir esos 30 mil pesos en todo el tiempo invertido. Por ello, para no mermar más su gasto, muchos prefieren no pasar por la ANDA”, lamentó.
Trabajar en teatro sin un respaldo puede ser fatal, tal es el caso de David Psalmon, quien durante una gira en 2008 por Campeche y tras una función, se fracturó la primera y tercer a cervical, “tenía más del 95 por ciento de probabilidades de quedar paralítico. Como artista escénico, estuve desamparado, pero fue gracias a la solidaridad del gremio que pude costear mi operación y sobrevivir”. Además, detalló que no está afiliado a la ANDA debido a que como él hace teatro cultural, sus ingresos no son fijos y de la magnitud de alguien que hace producciones más comerciales o televisivas.
Y aunque hay productoras que pagan los gastos médicos de sus actores, “no es como que te sirva de mucho”: una histrionisa, que pidió mantener el anonimato, relató que una de las compañías con las que suele trabajar sólo cubre los gastos por lesión si éstos ocurren en escena, “si te accidentas tras bambalinas no cuenta y no te pelan, mucho menos si es en el camerino o saliendo del teatro; y eso las productoras grandes como OCESA, las más pequeñas ni aunque te fractures en función”.
El Dato: De los 690 millones que genera la industria cultural del país anualmente, 37 mil 900 millones son producidos únicamente por el sector de las artes escénicas.
OTRA MÁS DE HIELO. Respecto a sobre si ve que la iniciativa de anteproyecto de ley para otorgar seguridad social a los artistas que el secretario general de la ANDA, Jesús Ochoa, y el subsecretario de desarrollo Cultural, Edgar San Juan, están desarrollando, Tovarich expresó que, como en las veces anteriores, va a quedar en la congeladora.
“Esto por dos razones: los artistas no hemos cerrado filas para este mismo fin; hay varios que estamos en la misma lucha, pero los esfuerzos se están realizando aparte y no unificados. Y porque, además, los políticos, senadores y diputados no entienden el asunto de la cultura, pues la línea de este gobierno es generar un estado moral: buenos, malos y alguien tiene la culpa”, concluyó.
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