Rafael Rojas (Santa Clara, Cuba, 1965), historiador, articulista, académico, conferencista y ensayista cubano, radicado en México —autor de más de 20 títulos sobre la historia intelectual y política de Latinoamérica, entre los cuales destacan Tumbas sin sosiego, Premio Anagrama, 2006; Las Repúblicas de aire, Premio Internacional de Ensayo Isabel Polanco, 2009; El estante vacío. Literatura y política en Cuba, 2009; La polis literaria, 2018; La epopeya del sentido. Ensayos sobre el concepto de Revolución en México, 2022— pone a disposición de los lectores Breve historia de la censura y otros ensayos sobre arte y poder en Cuba (Rialta Ediciones, 2023): cuaderno que repasa las reprobaciones en los espacios culturales de Cuba como un recurso del poder político.
Estructurado en cuatro apartados (“La pasión por silenciar”, “Letras desplazadas”, “Imágenes Incómodas” y “Dos homenajes”), el investigador de El Colegio de México dilucida como en Cuba —nación tutelada por un Partido Comunista único y una economía controlada por las dependencias gubernamentales— los vetos y las limitaciones han sido en el trayecto de 65 años, componentes estratégicos del gobierno para mantenerse en el poder a través de supresiones en el campo cultural.
“He reunido ensayos y artículos que he publicado en diversos medios en los últimos años: El Cultural de La Razón de México, Revista Iberoamericana de la Universidad de Pittsburgh, Diario de Cuba, Hypermedia Magazine, Rialta y El Estornudo. Asimismo, he desenterrado textos de volúmenes donde he compartido páginas con otros autores. Digamos que son ensayos dispersos que he retomado porque desembocan en un tema central: las tensiones entre arte y poder en la Cuba contemporánea, coordenada clave de este libro”, dijo a La Razón Rafael Rojas, quien es además miembro de la Academia Mexicana de la Historia.
¿Por qué su libro no hace referencia a la censura en Cuba durante el periodo republicano? En el periodo republicano de la historia de Cuba (1902-1958) hubo censura, sobre todo, en tiempos de Machado y Batista. Pero, el libro adopta una periodización que ubica el origen de la historia contemporánea de Cuba luego del triunfo de la Revolución en 1959 y la instauración del sistema socialista. A partir de ahí se produce una experiencia única en nuestra región, que es la adopción de un régimen de ideología de Estado marxista-leninista y partido comunista único, como los de la URSS y Europa del Este, en el que la censura era una práctica consustancial.
¿A partir del discurso de Fidel Castro en la Biblioteca Nacional —junio, 1961— inician los trances entre el ‘poder revolucionario’ y el campo intelectual en Cuba? Sí, en aquel discurso de Fidel Castro, que ha regido la política cultural cubana por seis décadas consecutivas, quedó establecido que, aunque pudiese admitirse cierta libertad formal, el contenido de la producción intelectual en Cuba estaría siempre tutelado por el poder político. Esa tutela era necesaria porque el primer derecho a respetar en Cuba, según Castro, era “el de la Revolución a existir”.
¿La censura en la isla, estrategia del Gobierno para mantenerse en el poder durante 65 años? La censura ha sido un mecanismo por el cual el Estado ejerce control sobre la cultura producida en la isla, en todas sus manifestaciones, desde las artes hasta las ciencias sociales. Hablo de una censura selectiva y en diversos grados, como el veto de ciertas obras o la interdicción o prohibición absoluta de un autor. Lo cuantioso y representativo de esa censura podría ser resultado del conflicto entre una cultura extraordinariamente creativa y dinámica y un poder político excesivamente volcado a su propia legitimación.
¿Qué papel ha jugado la diáspora intelectual cubana en estos años de censura? Los exilios intelectuales cubanos: de los escritores Lydia Cabrera a Carlos Manuel Álvarez o de los pintores Cundo Bermúdez a Hamlet Lavastida, siempre han estado relacionados con episodios o rachas de censura en la isla. Cada oleada migratoria en el campo intelectual ha estado precedida por momentos sumamente represivos y excluyentes en la política cultural de la isla.
¿Las acciones y secuelas de la disidencia de la artista plástica Tania Bruguera son comparables al caso Padilla? Del caso Padilla al caso Bruguera y, por el camino, los muchos otros casos que registra esta historia, observo la misma constante: no sólo una estigmatización oficialista del artista sino un castigo corporal, que puede llegar a la reclusión. Como intelectuales y artistas son muy distintos Padilla y Bruguera, pero sus silenciamientos dentro de la isla poseen rasgos en común.
¿La no difusión en la isla de El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura, subraya la no disposición del poder ventilar temas relacionados con el estalinismo y el trotskismo en la sociedad cubana? Novela editada en Cuba, varios años después de su aparición en España; pero, como otras de Padura y de los pocos escritores que logran publicar dentro y fuera, ha tenido circulación limitada. Esos límites tienen que ver con el tabú en torno al estalinismo y el trotskismo en Cuba y especialmente en relación con el hecho de que el gobierno de Fidel Castro protegió al asesino de Trotski, Ramón Mercader.
¿Otras literaturas cubanas o una generación de nuevos escritores herederos de ese extraordinario ‘banquete canónico’ de la literatura de la isla? Los textos que abordan las nuevas literaturas cubanas intentan llamar la atención sobre el hecho elemental de que ya estamos en la tercera década del siglo XXI y que hay una producción literaria posterior a la de los 90, e incluso, a la de los llamados “novísimos”, que por mucho tiempo acapararon la atención del mercado y la crítica. Comento obras de Ahmel Echevarría, Jorge Enrique Lage, Legna Rodríguez Iglesias y Jamila Medina Ríos, entre otros.
¿Breve historia de la censura amplía y complementa temáticas abordadas por usted en otros libros Tumbas sin sosiego, El estante vacío, La máquina del olvido y La polis literaria? Sí, los ensayos que conforman este volumen continúan un eje de análisis de esos volúmenes, que tiene que ver con las formas de exclusión en la política cultural cubana. En aquéllos, el énfasis estaba puesto en la historiografía, las ciencias sociales y el ensayo. Aquí me concentro más en la literatura, las artes visuales y el cine.
- Cuándo: Sábado, 24 de febrero, 2024
- Dónde: Espacio Cultural Casa Tomada. Pachuca 146-A. Colonia Condesa. CDMX
- Horario: 18:00 horas
- Participan: Rafael Rojas, Federico Guzmán Rubio y Julieta García
- Autor: Rafael Rojas
- Género: Ensayo
- Editorial: Rialta, 2023