La coreografía El rastro cuestiona los estereotipos de género y los cánones de belleza impuestos a las mujeres, a partir de una disección de aquellas prendas u objetos como las zapatillas y el corsé.
“El rastro es una metáfora de cómo un cuerpo femenino puede ser visto como producto de consumo, comparado con las reses, los mataderos de los puercos. Es lo que implica todo el concepto de la hiperfeminidad, los arquetipos, la sexualidad de la mujer vista desde un lugar de consumo, deshumanizándola”, compartió a La Razón Karla Pedroza, directora ejecutiva del espectáculo dancístico que ayer comenzó sus funciones en el Teatro Raúl Flores Canelo, del Centro Nacional de las Artes, donde estará hasta el 25 de agosto.
El montaje de Karla Pedraza y Alejandra Corona, quienes también son las intérpretes, muestra las distintas maneras en que las mujeres viven distintas formas de opresión, relacionadas con sus cuerpos.
“Exploramos más la sensación y el habla del cuerpo, cómo se comporta usando tacones, corsets o un vestido. Los tacones son un símbolo de belleza, pero también de nuestra sexualidad porque el cuerpo toma otra silueta diferente, todos los movimientos, aunque es danza contemporánea, toman un tono distinto cuando lo habitamos con tacones. También están los vestidos que forman parte de nuestro vuelo, nuestra idealización, de sentirnos soñadas, bellas, y en contra punto está el corsé, la manera cómo limita la movilidad de las costillas, da otra corporalidad interesante, se puede reflejar esta falta de plenitud que solemos vivir”, dijo Karla Pedroza.
En la puesta en escena otro elemento importante es el cabello trenzado, a partir del cual se expresan emociones.
- Cuándo: hasta el 25 de agosto
- Dónde: Teatro Raúl Flores Canelo del Cenart
- Horarios: viernes y sábado, 19:00 horas; domingo, 18:00 horas
- Localidades: $150 pesos