Mientras en zonas arqueológicas como Chichén Itzá hoy comienza el Operativo Equinoccio de Primavera 2024, con la participación del INAH, policía estatal, fiscalía de la entidad y la Guardia Nacional, Yaxchilán, en Ocosingo, Chiapas, cumple ocho días de haber reabierto tras cinco meses de estar cerrada por la inseguridad; sin embargo, ante la ausencia de apoyo de autoridades locales y federales, los pobladores han creado su propia policía comunitaria, tres mil personas armadas con rifles y escopetas vigilan las 24 horas del día; y en Bonampak, las agencias de viajes recomiendan al turismo no acudir debido a la presencia del crimen organizado.
La zona arqueológica de Yaxchilán, en la selva lacandona, a la orilla del río Usumacinta, y considerada una de las más importantes de la cultura maya, estuvo cerrada desde octubre pasado, cuando la comunidad de Frontera Corozal tomó esta medida al carecer de condiciones para proteger al turismo y a sus habitantes.
“Lo que ocasionó este problema de la inseguridad fue el tema de los indocumentados, porque en consecuencia se comenzó la venta de droga, el trasiego de armas. Se empezaron a generar violencias al interior de la comunidad que afectaron a familias, hubo asesinatos, desapariciones forzadas y ejecuciones. Lo que hicimos fue cerrar las puertas, eso ocasionó que se paralizara todo”, explicó en entrevista con La Razón Esquivel Cruz González, presidente de la Comisión de Paz en Frontera Corozal.
Para llegar a la zona arqueológica de Yaxchilán se pasa por Frontera Corozal, el límite entre Guatemala y México. Las personas contratan un servicio de lancha que cruza parte del río Usumacinta.
El problema es que se empezaron a generar violencias al interior de la comunidad, empezaron a afectar a familias, hubo asesinatos, desapariciones forzadas, y algunas ejecuciones. La única salida fue controlar desde dentroEsquivel Cruz González, Presidente de la Comisión de Paz de Frontera Corozal
Para poder reabrir los accesos y hacer posibles las visitas en Yaxchilán, que se caracteriza por sus 124 inscripciones distribuidas en estelas, altares y dinteles, los pobladores de los once barrios que conforman la comunidad realizan guardias en puntos estratégicos, como la entrada principal al poblado y la frontera entre México y Guatemala.
El primer día de reapertura recibieron a 21 turistas y esperan ir recibiendo más visitantes, el cierre implicó afectaciones, cerca de 400 empleos en la comunidad se perdieron, aseguró Esquivel Cruz.
“Lastimosamente la derrama económica fue muy afectada, se perdieron empleos, se echaron a perder cosas en las instalaciones de las empresas comunitarias, como Nueva Alianza, Escudo Jaguar, las transportistas que trasladaban de la frontera a Yaxchilán, hay que volver a levantar”, comentó.
Las visitas a la zona arqueológica de Yaxchilán cada vez más se ven mes afectadas, en octubre pasado, antes de que se cerrarán los accesos, registró 645 personas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuando en septiembre de ese mismo año hubo mil 540. En 2023, el mes que más tuvo turistas fue abril, con cinco mil 444. Mientras que en enero del 2019 recibió a siete mil 395. Según Esquivel Cruz, custodios del INAH se han encargado de la limpieza y mantenimiento de la zona arqueológica.
Aunque tienen la esperanza de retomar la actividad turística, la segunda de mayor importancia, ninguna autoridad les ha brindado apoyo. Entre sus peticiones estaban que la Guardia Nacional brindará seguridad, la revisión de vehículos que ingresan a la comunidad y que se realicen rondines en el trayecto que va de Palenque a Frontera Corozal, sólo ésta última se cumplió al ser carretera federal.
“Ni siquiera la Secretaría de Gobernación se ha dignado a preguntar ‘¿en qué condiciones van a abrir?, ¿en qué los puedo apoyar?, hacemos un desplegado para comunicar que hay condiciones para generar confianz’, nada. La última vez que estuvimos con el representante de la Segob fue el 17 de enero.
“No estamos pidiendo programas, dádivas, condicionando para que nos den la seguridad, lo que estamos pidiendo es que se instale la Guardia Nacional en San Javier, que se revisen los vehículos”, indicó Esquivel Cruz González.
Bonampak, en riesgo. Otra comunidad que ha enfrentado la incursión del crimen organizado es Lacanjá, por donde se cruza para llegar a la imponente zona arqueológica de Bonampak.
“Hemos tenido algunas diligencias con el grupo de los lacandones, entonces no lo estamos haciendo (el recorrido), no lo estamos recomendando. Entre los lacandones hay un grupo de narcotraficantes y gente que se dedica a pasar migrantes, hemos decidido no apoyar a grupos delincuenciales con ningún beneficio de lo que pudiera aportar el turismo”, aseguró a La Razón, un integrante de la agencia A T C Touroperadores.
Indicó que además del tráfico de migrantes, este grupo transporta droga por la comunidad. “Aterrizan las avionetas, cierran la carretera, bajan droga que viene del sur, todo el control de migrantes lo tienen ellos, y ha obligado a la población de su aldea, Lacanjá, a que los apoyen, los viejos se han resistido, a algunos los han apaleado, está difícil la situación ahí”, advirtió y agregó: “Están ansiosos de que lleguen turistas porque necesitan disfrazar sus actuaciones, entonces mejor disfrute Yaxchilán y Palenque”.
Ya no son manejadas por el Gobierno, por el INAH, ni ninguna otra dependencia ni tampoco por los ejidatarios, sino que ya son dirigidas, suena feo, pero por gente de la mala vida, son problemas de cárteles, son los que tomaron el control de las zonas arqueológicasServicios Turísticos de Palenque
Por su parte, en Servicios Turísticos de Palenque, la persona encargada también señaló a La Razón que la situación en Bonampak ha perjudicado a los guías, quienes tienen que pagar al grupo que ahora controla la zona.
“Las zonas arqueológicas ya no son manejadas por el Gobierno, por el INAH, ni ninguna otra dependencia ni por los ejidatarios, ya son dirigidas, suena feo, por gente de la mala vida, son problemas de cárteles, ellos tomaron el control.
“Sí están dando el acceso, la visita, pero si la gente lleva a un guía éste debe pagar un derecho para poder trabajar en la zona arqueológica. En Bonampak son 500 pesos, cubre 300 pesos que les cobran por el derecho a guiar, 100 de la entrada, 85 del transporte que dan los lacandones hasta donde dejan avanzar a las camionetas de turismo y 50 pesos que es el acceso a la comunidad”, detalló a este diario.
Dijo que se han visto afectados porque ya no mandan guías, pues de hacerlo tendrían que tener costos mucho más elevados. “Le quitamos el guía a los tours, el detalle es cuando es guía en otros idiomas, ellos sólo tienen en español, no tienen en inglés, italiano, francés, es ahí donde entramos en conflicto nosotros”, aseveró.
La zona arqueológica de Bonampak, famosa por sus extraordinarios murales, también ha padecido la disminución de visitantes, pasó de tres mil 180 visitantes en enero de 2023, a mil 790, en el mismo mes, pero de 2024. En febrero pasado solamente registró 705, cuando en ese mismo periodo, pero del 2023, la cifra fue de dos mil 790.
Para la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), filial en Chiapas, la situación es preocupante porque, a pocos días de iniciar la temporada de Semana Santa, están entre 40 y 50 por ciento abajo en cuanto a número de reservaciones.
“Hemos visto un decremento muy fuerte en las reservas, esperan cómo está el momento, para Semana Santa estamos un 40, 50 por ciento abajo, pero aun así estamos esperanzados de que lleguen grupos. Muchos operadores todavía no quieren ir porque como son zonas arqueológicas sobre la carretera cercana a la frontera con Guatemala, hay un temor por esa cuestión de la seguridad, pero dentro de la asociación dos operadoras que ya movieron a un grupo en la ruta Yaxchilán y Bonampak, no tuvieron ningún contratiempo”, dijo en entrevista con La Razón Ulises González Gordillo, presidente de la AMAV Chiapas, quien espera que en estas próximas vacaciones lleguen al 85 por ciento de ocupación hotelera.
La Razón consultó desde el pasado 13 de marzo al INAH sobre las condiciones actuales de las zonas arqueológicas de Bonampak y Yaxchilán, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta. La dependencia ha insistido en que “es falso, tendencioso e irresponsable afirmar que estén en peligro por el narcotráfico”, como lo aseguró en un comunidado de enero; pero, en Yaxchilán la población ha creado su policía comunitaria para protegerse del crimen organizado; y Bonampak, según testimonios de agencias de viajes, está bajo el yugo del narco.