Hace poco más un siglo Albert Einstein impresionó al mundo con su Teoría General de la Relatividad, la cual cambió la concepción del tiempo-espacio que hasta ese momento concebía la humanidad y que ahora se comprueba de manera tangible gracias a la primera imagen de un agujero negro que pudieron captar astrónomos de 20 países, incluido México. Una maravilla de la ciencia que ofrece una nueva oportunidad de estudiar los objetos más extremos en el Universo.
“La importancia principal de esta primera imagen es que permite poner a prueba una de las dos grandes teorías físicas que pensamos son realidad; una de ésas es la Teoría de la Relatividad General, que hace predicciones muy claras sobre cómo se debería ver el entorno de un agujero negro, es decir, que debíamos ver un anillo muy grande con una zona más oscura en el centro y el anillo debería de ser más brillante de un lado que del otro, y justamente estas características se ven en la primera imagen que obtuvimos, lo que implica que las predicciones de la relatividad se cumplen en este tipo de entorno”, destacó en entrevista con La Razón, Laurent Loinard, coordinador del proyecto en México por parte del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM.
La toma del agujero negro que obtuvieron los más de 200 científicos está ubicado en el centro de la galaxia Messier 87, a una distancia de 55 millones de años luz. Su masa equivale a 6.5 millones de veces la del Sol.
“La importancia principal de esta primera imagen es que permite poner a prueba la Teoría de la Relatividad General”
Laurent Loinard
Astrónomo
La imagen que ayer se presentó de manera simultánea en las naciones participantes, se consiguió gracias a la utilización de ocho telescopios que se enlazaron para captar señales. El de México, el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano (GTM), construido en el Volcán Sierra Negra, en Puebla, fue clave en este logro.
“La razón específica por la que México pudo participar es porque el Telescopio Milimétrico observa las longitudes de órbita necesarias para hacer imágenes de agujeros negros; ha jugado un papel fundamental al obtener esas imágenes. Está localizado geográficamente cerca del centro del arreglo de los ocho telescopios que utilizamos”, detalló el investigador, quien se incorporó hace cinco años al proyecto Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en inglés).
El comienzo de esta hazaña fue en 1992, pero hasta 2017 se captaron las primeras señales, mismas que dos años después se lograron analizar y convertir en datos para generar la imagen.
El Dato: En 1920, Einstein dudaba de su propia teoría. En una carta descartaba la existencia de un objeto cósmico de esta naturaleza.
Durante dos semanas, los ochote-lescopios del EHT se comportaron como un radiotelescopio gigante del tamaño de la Tierra. “En esas semanas apuntaron todos al mismo lugar; en este caso a dos agujeros negros supermasivos”, explicó.
Por parte de México participó una docena de científicos del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), para quienes los últimos seis meses fueron emocionantes.
“En los últimos seis meses he sentido que he pasado 80 por ciento de mi tiempo dedicado a esto, fue muchísimo trabajo. El consorcio dentro del telescopio está constituido por grupos de trabajo , cada uno dedicado a una pieza del rompecabezas; hay unos que planean las observaciones, otros desarrollan la instrumentación necesaria, otros juntan las señales de los otros telescopios que participan para producir un juego de datos completo; luego viene la parte de calibración, de hacer las imágenes, hay grupos teóricos que hacen modelos de lo que tendríamos que estar viendo y finalmente quienes se dedican a escribir los artículos”, detalló.
La inclusión de nuestro país en este proyecto lo coloca entre los más importantes ya que fue una de las cinco naciones —Estados Unidos, España, Chile, entre otras— que contribuyó con un telescopio.
“Esta participación coloca a México en una buena posición. Esos ocho telescopios que participaron están repartidos sólo en cuatro o cinco países, uno de ellos es México”
El EHT incluyó a instituciones como la Academia Sinica Institute of Astronomy and Astrophysics, la Universidad de Arizona, la Universidad de Chicago, el East Asian Observatory, la Goethe-Universitaet Frankfurt, el Institut de Radioastronomie Millimétrique y el National Astronomical Observatory de Japón, entre otros.
Este trabajo, a decir de Loinard: “no es el fin de la aventura, es el principio”, ya que la meta es obtener una película de un agujero negro. Para 2020 el grupo de investigadores continuará sus pesquisas, pero con tres telescopios adicionales en Arizona, Estados Unidos; los Alpes, de Francia, y en el norte de Groenlandia.
“Hay tres telescopios adicionales que se van a unir en 2020, existen desde hace tiempo, pero se equiparon para hacer este tipo de observaciones, están prácticamente listos. También se está viendo la posibilidad de instalar otros, se habla de uno en África, es probable que se pueda utilizar otro de México y quizá usar antenas más pequeñas en diferentes partes”, adelantó Loinard, quien nació en Francia y en 2006 adquirió la nacionalidad mexicana.
Los agujeros negros son objetos cósmicos extremadamente compactos que contienen cantidades increíbles de masa en una región minúscula. Éstos afectan de manera extrema su entorno, deformando el espacio-tiempo y sobrecalentando cualquier material a su alrededor.
ANHELAN INSPIRAr A MENORES. Formar parte de este equipo científico transnacional le llena de orgullo a Laurent
Loinard, quien se ha enfocado, principalmente, a investigar la formación y la juventud de las estrellas.
“Se siente muy bonito, es realmente un descubrimiento muy importante, me siento muy honrado de haber participado en esto, estoy muy contento, muy satisfecho, porque es algo a lo que realmente hemos dedicado mucho tiempo, esfuerzos. Verdaderamente se siente muy bien saber que culminó con este avance de esta naturaleza”, expresó.
El hecho de que ayer esta noticia pusiera los ojos del mundo en este avance, no sólo por parte de la comunidad científica sino de las personas en general, que por curiosidad siguieron la transmisión del anuncio, es otro triunfo para la ciencia, consideró el astrónomo.
“Parte de nuestro trabajo es transmitir a la sociedad esta emoción de descubrimientos científicos, este resultado en específico llamó mucho la atención en la gente, es muy importante porque nos permite que las personas sepan que existimos, que hacemos este tipo de cosas”, apuntó.
Por ello, anhela que este logro pueda inspirar a niños y niñas; que despierte en ellos una curiosidad que los lleve a querer dedicarse a la ciencia.
“Tenemos la esperanza de que quizá los niños hayan visto esto y esto los empuje a estudiar física, astronomía, matemáticas; a darse cuenta que sí se pueden hacer este tipo de cosas en México, esperemos que se emocionen como lo hicimos nosotros”, concluyó.
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