Primera muestra en México y América

Revelan los actos de resistencia fotográficos de Vivian Maier

El Museo Franz Mayer presenta más de 200 imágenes y objetos de la artista que es todo un fenómeno viral; documentó el reverso del American Dream y con sus autorretratos fue contra un sistema que la cancelaba, apunta Anne Morin

Autorretrato, Nueva York, 5 de mayo de 1955, Vivian Maier.
Autorretrato, Nueva York, 5 de mayo de 1955, Vivian Maier. Foto: Carlos Mora, La Razón

La fotógrafa autodidacta Vivian Maier era lo opuesto al American Dream y al American Way Life. Fue nana, perteneció a los barrios pobres de Chicago y Nueva York, era una mujer sin territorio ni identidad, por lo que tenía una gran necesidad de autorrepresentarse, como una manera de hacerle frente a ese sistema; también lo hacía a través de las imágenes que capturaba en la calle, donde documentaba con dignidad a los desposeídos como ella. Parte de esos retratos, que por 40 años se mantuvieron ocultos, se muestran por primera vez en América en Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa.

Se trata, en palabras de la curadora Anne Morin, de “una radiografía total del archivo de Vivian Maier, que es colosal, 150 mil fotografías, más de 300 películas Super 8 y más de 20 horas de cintas de audio”, el cual fue descubierto por John Maloof en 2007. Se exponen más de 200 imágenes y objetos personales.

La muestra, que se inaugura hoy en el Museo Franz Mayer, inicia con sus recorridos en Chicago y NY, fotos en las que se observa a hombres en un autobús leyendo el periódico, como si estuvieran sincronizados; el rostro de una mujer sacando la lengua y debajo de ella la frase “Everybody Loves a Big Mouth”; una señora con un gesto de desagrado; y una mujer negra, quien probablemente era nana.

Fotografías que Vivian Maier tomó entre NY y Chicago.
Fotografías que Vivian Maier tomó entre NY y Chicago. ı Foto: Carlos Mora, La Razón

“El primer legado que nos deja es una documentación de Estados Unidos de los años 50 a 80, ¿quién documenta el reverso del American Dream?, poca gente, paseaba por las calles y los barrios pobres de estas ciudades”, compartió Anne Morin, ayer durante un recorrido por la exposición. Para la curadora, la fotógrafa era como una especie de “vagabunda celeste que va recogiendo fragmentos” y “no tiene nada que envidiar a Henri Cartier Bresson (el padre del fotorreportaje)”.

Vivian Maier, quien se ha convertido en un fenómeno viral que continúa creciendo por el interés que genera en profesionales y el público en general, al formar parte de esa parte de la sociedad lograba retratar con dignidad a las personas de esos barrios, no era mostrar la miseria.

Una mujer retratada en Chicago, el 16 de mayo de 1957. Se cree que fue nana.
Una mujer retratada en Chicago, el 16 de mayo de 1957. Se cree que fue nana. ı Foto: Carlos Mora, La Razón

Retrató a mujeres que incomodaban: una señora reclamándole a un policía u otra que discute con un hombre que parece ser su pareja.

“Fue una defensora del feminismo, tenía una posición política muy afirmada, se rebelaba, no era de extrañar que tenía esta intención de sacudir a estas mujeres de esta época, muchas veces sometidas a un contexto sin opiniones, sin cultura, iba con su micrófono y preguntaba ¿qué opina de Nixon?”, comentó la historiadora que desde 2011 conoció el trabajo de Vivian Maier y comenzó una ardua investigación de su archivo, el cual consideró un “continente totalmente virgen que ninguna persona había estudiado”.

En la segunda parte de la muestra se presentan los autorretratos de la fotógrafa: uno en el que está parada frente a un espejo, al lado de un tripié y sosteniendo su cámara, que el público puede recrear; una donde sólo se ve su sombra; o la conocida imagen en la que está frente a un aparador.

Se exhiben un sombrero y cámara de la fotógrafa, además de autorretratos.
Se exhiben un sombrero y cámara de la fotógrafa, además de autorretratos. ı Foto: Carlos Mora, La Razón

“Los autorretratos para mí son el pulso de la obra de Vivian, lo que le hace particularmente especial. La dimensión de autorrepresentación, no voy a decir selfies, no lo son, es el corazón palpitante. ¿Por qué tenía una imperiosa necesidad de autorrepresentarse?, recordemos que era una invisible, si hoy la conocemos como un icono, antes era una nani sin nombre, cada autorrepresentación, cada selfie es un acto de resistencia contra esta sociedad que no paraba de cancelarla, de relegarla a los márgenes”, apuntó Anne Moran, galardonada en 2022 como “Curadora del año” en los Premios Lucie con sede en Nueva York.

El recorrido por la exhibición también incluye a las infancias que retrató y fueron una figura crucial en su vida. “Sus primeros modelos eran los niños que cuidaba, probablemente despertaron esta facultad de ella de ver el mundo como lo ven ellos”, comentó la curadora.

La exposición finaliza con la última etapa de su trabajo, cuando su lenguaje ya se estaba agotando. “La figura desaparece, retrata objetos residuales de una vida que no está, son pequeños índices de vidas terminadas como fue la suya”, explicó.

En la muestra, que estará hasta el próximo 19 de mayo, se incluye también una recreación del espacio donde reveló la fotógrafa; se escuchan audios en los que entrevista a una anciana o a infantes; y hay imágenes en las que se puede apreciar todo su proceso creativo: el filme de un espacio que retratará, una hoja de contacto (negativos) y la fotografía final.

Se exhiben un sombrero y cámara de la fotógrafa, además de autorretratos.
Se exhiben un sombrero y cámara de la fotógrafa, además de autorretratos. ı Foto: Carlos Mora, La Razón
  • Cuándo: del 9 de febrero al 19 de mayo
  • Dónde: Museo Franz Mayer (Avenida Hidalgo 45, Centro Histórico, CDMX)
  • Horarios: martes a domingo de 10:00 a 17:00
  • Localidades: $100 general; $60 estudiantes, profesores e INAPAM; martes entrada libre