Roberto Abad presenta minificciones ubicadas en lo fantástico

El escritor y músico Roberto Abad (Cuernavaca, 1988), después de las publicaciones de sus cuadernos de cuentos Orquesta primitiva (2015) y Cuando las luces aparezcan (2020), lanza El hombre crucigrama (UNAM, 2023): bitácora de minificciones apegadas a la tradición fantástica hispanoamericana (Borges, Cortázar, Dávila, Piñera...) en un despliegue donde aparecen personajes que habitan ‘espacios espectrales’ que se entrecruzan con incidentes cotidianos.

El desconcierto ronda por las fabulaciones de este libro ilustrado magistralmente por Kenia Cano. Palabras ocultas que sustentan tramas en donde los gestos humanos dialogan con lo divino y se erigen circunstancias desconcertantes. La soledad zurcida a sucesivas extrañezas: los seres humanos y el sinsentido de la existencia. Tentativas subvertidas a instantes dibujados en una necia esperanza que pone a prueba al Creador.

“Los designios”; “El otro, quién sabe si el mismo”; “Los sueños, esos trucos”; “Las palabras y los libros”; “Las criaturas”; “Las realidades”; “Los Obituarios”; “Los oficios solitarios”; “El crucigrama”. Nueve secciones en las franjas de paradójicas interrogantes: “El hombre crucigrama entra en la cafetería, escoge una mesa y coloca el sombrero en el centro”. Qué propósitos lo impulsan: “se acaricia el bigote, echa los anteojos circulares al fondo de la nariz, pega la punta del lápiz a sus labios simétricos y, a pesar de que el establecimiento se encuentra vacío, comienza a contar sus historias”.

“Ésta es mi tercera incursión en el cuento donde retomo el relato breve. Estaba un poco indeciso, no sabía cómo iba a ser recibido. Los títulos de cada minificción dan pie a un crucigrama: el lector se verá conminado a llenarlo a partir de una propuesta que lo invita a ser cómplice. Me gustan las narraciones en que hay la posibilidad de deliberación y, asimismo, de malogro y errores. El acto de escribir es más que todo una aventura donde los naufragios llenan las páginas”, dijo a La Razón Roberto Abad.

¿Lo fantástico fusionado con trazas poéticas? Este libro ha significado un desafío, donde desde lo fantástico me acerco a la poesía. Intento cuestionar la tradición de la literatura fantástica hispanoamericana y desplegar, establecer mis concepciones sobre el género. Presento una estructura lúdica que se enriquece con las ilustraciones de Kenia Cano.

¿Libro- adivinanza? Sí, invito a la resolución de acertijos; los lectores deberán averiguar las incongruencias y situaciones paradójicas que especulan sobre los gestos de los seres humanos en dilucidación de la verdad, la alteridad y los vínculos entre lo divino y lo terrenal. Propongo un rompimiento con las tradicionales conformidades literarias.

¿Presteza narrativa desde la ironía? Estas minificciones están trazadas desde una voluntad descomedida donde la ironía juega un papel determinante.

¿Borges, Cortázar, Cioran, Juarroz, Monterroso, Arreola...? Asumo la presencia de ellos en mi formación como lector y como escritor.

¿Qué es para usted la minificción? Un ejercicio de síntesis de alto mérito literario. Pero, más allá de su concisión, laconismo, rotundidad y sorpresa marcados por lo tajante, concluyente y decisivo, me importa explorar en otras posibilidades que se conviertan en una experiencia de lectura única.