Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri

Rokas Valuntonis cautiva con sorprendente actuación

Dejó sorprendidos a los asistentes con sus ejecuciones en las que fue de la sutileza hasta los movimientos más desenfrenados

El pianista lituano tras su presentación, ayer.
El pianista lituano tras su presentación, ayer.Foto: Especial
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En Guanajuato, Guanajuato

El Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri se “inundó” ayer de la música de Grieg, Debussy, Mendelssohn, Dvarionas y Chopin que interpretó el pianista lituano Rokas Valuntonis, quien dejó sorprendidos a los asistentes con sus ejecuciones en las que fue de la sutileza hasta los movimientos más desenfrenados.

Enfrente del atrio se colocó un piano y en las butacas, donde generalmente la gente se sienta a tomar misa, el público estaba atento para escuchar al elogiado pianista, quien a las 17:00 horas comenzó su recital con Album Leaves Op. 28, de Edvard Grieg. De manera sutil Valuntonis tocaba la pieza, que le daba una atmósfera especial al templo, que destaca por su fachada churrigueresca y por alojar obras de Miguel Cabrera.

El concierto continuó con la Suite Bergamasque, de Claude Debussy. En el primer movimiento el pianista sorprendió por materializar con maestría los contrastes dinámicos de la obra y para el final levantó con energía sus brazos, un “gesto” que repetiría en varias piezas del recital como parte de su sello.

Mientras que en Rondo Capriccioso Op. 14, de Mendelssohn, fue de los movimientos lentos a rápidos.

Para la segunda parte del recital interpretó algunas piezas de Dvarionas, compositor lituano que se hizo famoso después de la Segunda Guerra Mundial. Fue la oportunidad para que Valuntonis se sintiera cerca de sus raíces.

El repertorio incluyó Primeros copos de nieve, Aves de invierno y Bajando la colina en trineo. En algunas ocasiones el músico tocaba el piano con una fuerza que hacía que hasta el más distraído o adormilado le pusiera atención.

Para finalizar su presentación interpretó Andante spianato y Gran polonesa brillante, Op.22, de Chopin. El público se desbordó en aplausos y Valuntonis quiso complacerlos con dos temas más.