El pintor Rufino Tamayo cumpliría hoy 122 años, nace en la ciudad de Oaxaca el 25 de agosto de 1899; pero, a él le gustaba celebrarlo el 26 de agosto: ha quedado establecida esta fecha como el día de su llegada al mundo.
En realidad se llamaba Rufino del Carmen Arellanes Tamayo: el padre lo abandona a los 11 años de edad, decide eliminar de su identidad el apellido paterno. Descendiente de una familia humilde: padre de oficio zapatero; madre, ama de casa y costurera.
Rufino Tamayo, un pintor autodidacta
Con 12 años de edad llega a la Ciudad de México y en 1915 matricula en la Academia de Bellas Artes: estudios que abandona en 1921 y se hace autodictada. Viaja en los años 40 a Nueva York, urbe que lo pone en contacto con el arte de vanguardia a través de creadores significativos de la época (Picasso, Matisse, Braque...). A los 27 años de edad logra exhibir sus cuadros en el prestigiado Art Center.
Despliega una obra caracterizada por la voluntad de totalizar en ella el legado del arte precolombino autóctono, la experimentación y las reformadoras tendencias plásticas que se imponían en los espacios artísticos europeos en los años 20/30 del siglo XX. “Me di cuenta que en mi orígenes, en las raíces de la tradición Mexica y en la fuerza del colorido de mi país estaba la fuente para mi trabajo pictórico”, decía el joven pintor que abrazó las tendencias del Expresionismo, Surrealismo, Muralismo e Indigenismo con incursiones en el óleo, litografía, dibujo, aguafuerte, impresión y mixografía (técnica para trabajar sobre papel concebida por él).
¿Cuántas obras creó Rufino Tamayo?
Catálogo de más de mil 300 óleos (incluyen 20 retratos de su esposa Olga), 465 obras gráficas (litografías, mixografías), 20 murales, un vitral y 350 dibujos. Sus obras están al cuidado de coleccionistas particulares y en varios museos de México (Palacio de Bellas Artes, Museo de Arte Moderno, Museo Nacional de Antropología, Museo Tamayo...) y del extranjero (Dallas Museum Of Cine Arts, Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico, Sede de la Unesco, París...).
Considerado por la crítica especializada como uno de los artistas plásticos de mayor trascendencia en México; conforma la nómina de los primeros pintores latinoamericanos en alcanzar reconocimiento y difusión internacional. El trabajo de Tamayo ha sido determinante en el arte contemporáneo por su dimensión que cala en la profundidad de la realidad del hombre de hoy en vínculos y síntesis de los valores de las expresiones culturales precolombinas.
¿Cuáles son los 5 mejores cuadros de Rufino Tamayo?
Presentamos cinco cuadros axiomáticos del pintor oaxaqueño para conmemorar con nuestros lectores su cumpleaños 122.
1. "Carnaval" (1936). Gouache sobre papel. 35 x 47.5 cm.
Una de las primeras obras de Tamayo donde la festividad de la mascarada, el jolgorio, la música y la aventura de la carne se sintetizan en el uso de blancos, azules y castaños en la configuración imaginativa movilidad.
2. "Trovador" (1945). Óleo sobre lienzo. 153 x 127 cm.
Muestra a un músico cantando con su guitarra mientras dos mujeres lo miran desde atrás. Vivos colores interceptados por simétricas figuraciones en predominio de amarillos, azules, rojos y blancos. La música como centro expresivo. Cuadro valorado en 7 millones 200 mil dólares.
3. "Retrato de Olga" (1964). Óleo sobre tela. 210 x 135 cm.
Tamayo y Olga Flores Rivas se casaron en 1934: Olga se convirtió en apoyo vital en la carrera artística de su esposo, apeló a su aguda sagacidad para los negocios a fin de facilitar su carrera y promover su trabajo en la comunidad artística internacional. Este retrato, creado en el aniversario número 30 del matrimonio, expone radiantes colores de la cultura visual mexicana y del paisaje urbano. El manejo de las figuras hace guiños al cubismo y de los embozos precolombinos; la sandía revalida la herencia mexicana de Olga. Como un elemento básico de los vibrantes mercados de frutas del país. Una suerte de ‘naturaleza muerta’ que irradia elementos de la identidad cultural mexicana.
4. "La Gran Galaxia" (1978). Óleo sobre tela. 95.8 x 129 cm.
La figura en La gran galaxia ilustra una de las caras obsesiones del pintor oaxaqueño: entretejer las grafías precolombinas con las de los movimientos vanguardistas europeos (cubismo y surrealismo). El azul en un despliegue intenso en que el misterio del cosmos paraliza al personaje que mira la dimensión galáctica. Tamayo lo definió como “realismo no descriptivo.”
5. "Dos personajes atacados por perros" (1983). Mixografía en papel amate. 154 x 245 cm
La búsqueda de significado cósmico en la exploración de problemas sociales desde una perspectiva universal. Huellas de expresionismo abstracto y surrealismo en referencia de la posguerra con la inscripción de imágenes primitivas. Abstracción de formas humanas y animales, basada en formas arquitectónicas y geométricas y un sentido vetusto de proporción y escala de la técnica de la mixografía en dimensiones grandiosas sobre papel amate. Influjos de la violencia y tragedia del "Guernica de Picasso" (1937); los dos animales: alegorías de la guerra y el desastre. Dos figuras (hombre y mujer) acosadas por un par de perros rabiosos: índice de cómo la humanidad es perseguida por su propia crueldad, desasosiego y perversidad. Cuadro de mirada cósmica dentro de lo que el pintor llamaba “un humanismo perdido”.
AG