Conocida con el nombre de Jenni Jiménez en los espacios de la danza: la editora, ensayista y narradora Bibiana Camacho tiene presencia activa de los escenarios underground de México. Provocadora y disidente, es autora de varios libros (Tu ropa en mi armario, La sonámbula, Jaulas vacías: cuentos; Tras las huellas de mi olvido, Lobo: novelas), los cuales han tenido muy buena recepción por parte de los lectores y encomiadas reseñas de la crítica. Da a conocer Sangre nueva (Random House, 2023): tercera incursión novelística en que revela lazos oscuros y turbadores de una hija con su madre.
Historia de Casandra, mujer heredera del departamento donde pasó la infancia, a raíz del deceso de la madre. En compañía de Fernando, su pareja sentimental, se muda al lugar en que todavía afloran aversiones y está asediado por fantasmas del pasado. Vecinas octogenarias la reciben con hipócritas gestos que la trasponen a la hostil relación que sostenía con su progenitora. La relación con el novio se deteriora poco a poco: Casandra se ve ahogada por turbadas emociones entretejidas con evocaciones amenazadoras: la potencial armonía del presente naufraga.
Sangre nueva está erigida a través de las espirales de una prosa intensa, directa, penetrante, visceral, tajante y franca donde las confesiones perfilan una angustia enclavada en lo íntimo y en diálogo con la calamidad existencial. “Un espasmo recorrió su espalda. En las fotografías familiares mamá aparecía sin rostro. La imaginó amputando cuidadosamente cada una de ellas. Se preguntó qué herramienta habría usado: cúter, navaja de afeitar, tijera de manicura. Los cortes eran precisos. Sólo el rostro estaba ausente”: íncipit de una fábula aciaga, maligna, resentida, que corre el tupido velo de las turbaciones y el hastío.
“En esta novela me propongo desentrañar todo lo que hay detrás de esas relaciones de poder originadas en la intimidad, en los espacios familiares, en lo cotidiano. Me interesa explorar esos vínculos domésticos sumergidos en episodios crueles silenciados por las apariencias. Aquí me detengo en el tema de los padres tiránicos, quienes imponen el control de todo en forma autoritaria. Pero, también abordo otras relaciones como la de la pareja, muchas veces contigua a lo tormentoso”, comentó a La Razón Bibiana Camacho.
¿Indagación de los complejos vínculos de una hija con su madre? Sí, una inmersión en esos contrastes, en esas contraposiciones y desequilibrios turbadores que se generan en la intimidad de la relación madre-hija.
¿Asunto referido en la compilación El origen de todos los males. Madres y padres autoritarios, publicado en 2022? Ese compendio recoge relatos de ese tópico. Es un tema que me obsesiona, me interesa mucho; ahora profundizo de manera personal con esta novela.
¿Configuración de una madre absorbente y, asimismo, frágil? El personaje alcanza asimetrías de actos inquietantes, pero detrás de todo eso se perciben las aristas de una mujer desgarrada, que se autodestruye en la invalidación del amor y liberación que hubo en ella.
¿Hija fracturada por evocaciones aterradoras? Los lazos familiares, muchas veces nos fracturan. Quienes nos criaron dejan en nosotros huellas a veces colindantes con traumas y dolores que sobreviven en evocaciones de los espacios donde crecimos. Casandra regresa al departamento de su infancia, el fantasma de la madre ronda, esa presencia la aturde.
¿Vuelta a las borrosas tajaduras de la infancia y de la adolescencia? La protagonista está marcada por heridas que no han cicatrizado por las divergencias familiares que han estropeado su cuerpo y su alma. Ella resiente el hecho de haber ido a vivir al lugar que selló de manera tan azarosa su infancia por los gestos autoritarios de su madre: el pasado ensombrece de manera pavorosa al presente.
¿Casandra y Bibiana Camacho tienen coincidencias? Casandra está instalada en la ficción, ha surgido de un remolino de recuerdos impostergables. Ella y los otros personajes son el retrato del complejo inventario de emociones y gestos presentes de los seres humanos. Me propongo desenredar el nudo de esas acciones íntimas, individuales, las cuales no pueden deslindarse de las ataduras sociales.
¿Bailar o escribir? Sigo siendo la bailarina que escribe y lo hace por compulsión corporal. Bailando me vienen ideas que las convierto en ficción desde los apremios del cuerpo. La danza y la escritura están hermanadas. La cadencia de mi prosa no es más que el ritmo que mi cuerpo demanda para trenzar movimientos sobre el tiempo.
Sangre nueva
Un espasmo recorrió su espalda. En las fotografías familiares mamá aparecía sin rostro. La imaginó amputando cuidadosamente cada una de ellas. Se preguntó qué herramienta habría usado: cúter, navaja de afeitar, tijeras para manicura. Los cortes eran precisos. Sólo el rostro estaba ausente. La larga melena crespa, negra o tintada de rojo quemado, permanecía; también el cuello, los brazos, el torso y las extremidades. Únicamente el rostro ausente. Un mareo opacó sus sentidos. Lo único que logró enfocar con claridad fueron los orificios en los que debía estar el rostro de mamá.
Casandra suspiró aliviada. Menos mal que había madrugado y se había desecho de tantos objetos acumulados durante años en el cuarto de azotea donde mamá se encerraba a pensar con la luz apagada. Eso decía: voy a pensar, y subía sin que nadie osara preguntarle qué tenía que pensar o cuánto tiempo duraría esa actividad incierta.
Fragmento tomado del libro
- Autora: Bibiana Camacho
- Género: Novela Editorial: Random House, 2023