La traductora literaria del ruso y el griego moderno Selma Ancira (Ciudad de México, 1956) —Premio Nacional de Artes y Literatura en el campo de Lingüística y Literatura 2022— da a conocer El tiempo de la mariposa (Taller Editorial Gris Tormenta, 2024): relato que aborda los vínculos íntimos que se establecen con un autor a la hora de trasladar su escritura a otra lengua. La elogiada traductora de Lev Tolstoi y Yannis Ritsos hace parada y describe, desde la primera persona narrativa, su relación febril con la lengua griega y con la obra de Nikos Kazantzakis.
Con apasionada labor, Ancira ha hecho posible el acercamiento de los lectores hispanos con la obra de Tolstói, Ritsos, Chéjov, Pushkin, Kallifatides y Kazantzakis, amén del cosmos de la poeta rusa del siglo XX, Marina Tsvietáieva. Ahora, entrega un cuadrante sentimental del hondo influjo que tuvo en ella la lectura de la novela Zorba el griego, de Nikos Kazantzakis, y cómo abordó la traslación al castellano.
“Nikos Kazantzakis llegó a mi vida por una película que nunca vi. Ignoraba que el guion estaba sustentado en una novela suya. Pero, la lectura de Zorba el griego me marcó para siempre, la traza fue tan profunda que años después, ya bautizada como traductora, me vi imbuida en la traducción del libro, un sueño anhelado”, revela el incipit de un cuaderno erigido con bemoles encajados en una cadencia de sublimes conjuros melódicos.
“Confieso que este libro nace de una insistente propuesta de los editores de Gris Tormenta, durante más de cuatro años. Requerían para que escribiera un texto para su catálogo. Yo me defendía expresándoles que me gustaba traducir, no escribir. Me hicieron llegar varios volúmenes de la Colección Editor donde entraría mi posible texto. El año pasado vine a México y me mostraron todos los volúmenes que habían editado, me convencieron: acepté la propuesta y comencé a escribir El tiempo de la mariposa”, dijo a La Razón Selma Ancira.
¿Título simbólico y figurativo? Lo tomé de una referencia de Kazantzakis, que cuando era niño aceleró el proceso del paso de una oruga a mariposa y ésta terminó muriendo. Es preciso tener paciencia, aguardar la hora exacta y seguir con confianza el ritmo que Dios escogió para nuestra vida. El viaje de larva a mariposa es una de las metáforas más utilizadas para hablar de resiliencia. Las mariposas son un símbolo de transformación, fragilidad y grandeza.
¿Cómo concibe usted la traducción? Soy obsesiva, me anego en las intimidades del autor que estoy traduciendo. Investigo cómo respiraba, qué comía, qué música escuchaba, cómo se vestía, cómo amaba, indago en sus miedos y debilidades. Me visto con su piel para sentir los latidos de su escritura. Traducir, hacer una mudanza al tiempo y a un contexto a veces empañado y hasta olvidado.
¿Qué ha significado para usted traducir la obra de Kazantzakis? He logrado engrandecer mi alma gracias al canto milagroso a la vida que Zorba proyecta. Ahora veo el mundo con los ojos de Kazantzakis: atisbo renovado en el propósito de vivir con fuerza y con el frenesí de un niño. Amo a Zorba que es amar a Kazantzakis: traducir para amar al autor que traduzco.
¿El texto traducido deja de ser ajeno para convertirse en propio? Eso ocurre cuando la obra en que estás trabajando empieza a correr por tus venas y ya forma parte de ti. Cuando conozco los detalles de la trama y los entretejo en el pañuelo del castellano.
¿Las palabras de varias lenguas como presencias perturbadoras? Hay palabras que me acompañan siempre. A veces, entro en contrariedades para hallar su lugar en el otro idioma: nunca estoy satisfecha, quizá pude haber encontrado una tramitación mejor. Traducir es conseguir un equilibrio entre literalidad y creatividad: aprender a descubrir lo que está detrás de las palabras.
¿En qué proyecto está usted trabajando actualmente? Estoy abocada en la traducción de la trilogía autobiográfica de Tolstói (Infancia, Adolescencia y Juventud) y, después, me adentraré en un libro inédito de Nikos Kazantzakis.
- Autora: Selma Ancira
- Género: Ensayo narrativo
- Editorial: Gris Tormenta, 2024