El compositor y director de orquesta mexicano Sergio Cárdenas, galardonado por el Premio Nacional de Artes y Literatura en el ámbito de las Bellas Artes, considera que este reconocimiento es un acto de justicia, pero también un aliciente para hacer un trabajo con los más altos estándares de excelencia.
Un acto de justicia, contó a La Razón, porque pone en evidencia el trato que le ha dado la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución con la que desde hace cuatro años y cuatro meses mantiene una demanda que interpuso por despido injustificado en la Facultad de Música, que lo acusa de agredir fisicamente a Samuel Pascoe, lo cual dijo Cárdenas, no han podido comprobar.
“Estamos a poco tiempo de que esto tenga su desenlace justo y me parece que mi postura ante este Premio Nacional es hacer patente mi agradecimiento y tremenda alegría, pero manifestar que el reconocimiento en no pocos sentidos para mí, es un acto de justicia”, indicó.
Señaló que el galardón es “una tremenda bofetada a la UNAM, porque viene a contradecir de una manera tremenda la actitud que han tenido para conmigo, un trato casi como de delincuente, por razones que nunca he entendido. Si no reconsidera nada a raíz del premio se confirma la tremenda desfachatez y el grado de impunidad y arbitrariedad con que se maneja”, apuntó.
Aseguró que su despido ocurrió después de que denunciara públicamente un presunto derroche en el presupuesto de la OFUNAM, que en aquel entonces llegó a pagar 100 mil dólares por presentación a un solista y al director titular 18 mil 300 dólares tres veces al año, “por estar no más de tres meses al año parado frente a la orquesta”, agregó el director Artístico de “Consortium Sonorus”, orquesta de cámara.
Cárdenas, quien fue galardonado por su trayectoria como creador, director musical, pedagogo, promotor cultural y fundador de importantes agrupaciones musicales, señaló también que este premio lo motiva a seguir en los esfuerzos que se ha fijado desde que con escasos 15 años dirigió una orquesta de coro y a los 28 años fue titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, en ésta última logrando una relevancia en toda la República y rescatando composiciones de creadores como José Pablo Moncayo u organizando festivales.
“Este premio implica una responsabilidad, necesito mantenerme en esos niveles, lo quiero hacer a través de un énfasis en el rescate mayor de la música mexicana, en el apoyo mayor a los compositores mexicanos de música de concierto, que están en situaciones muy difíciles, y que se tenga una gran actividad de promoción en estos niveles”, apuntó.
¿Cómo ve el trabajo actual que se hace en las orquestas? Están sufriendo una especie de abandono, no se está asumiendo una responsabilidad moral, artística e incluso política de los organismos orquestales que viven del subsidio público, en los hechos no están respondiendo a la dimensión de esa encomienda. El caso de la Sinfónica Nacional no es el único, ¿dónde está hoy o en las últimas tres décadas su presencia nacional?, la OFUNAM tiene muchísimos años que no hace giras por lo menos por todas sus facultades; la Filarmónica de la Ciudad de México, no sé si haya ido cuando menos a Xochimilco, a las alcaldías, es muy poca la presencia en la ciudad, y así sucesivamente. No sé si son cuestiones sindicales o presupuestales, el hecho es que no se están cumpliendo con las expectativas de lo que debe ser una orquesta.
Haría falta una reestructuración de la visión actual que se tiene de las orquestas… Desde luego que sí, si las orquestas se reducen a estar tocando conciertos y algunas de ellas a despilfarrar los dineros públicos para pagar a solistas y batuteros, lo que digo es que esos organismos no están cumpliendo.
¿Cuál debería ser la principal vocación? Lo primero la lealtad a la excelencia musical a partir de tener una conciencia ética, nadie obligó a ninguno de los integrantes de las orquestas, a ninguna agrupación a que se integrara, cada uno está, sea desde el campo artístico y administrativo, con una vocación de decisión de libertad, y en ese contexto se debe asumir la responsabilidad.