Con un legado de más de 50 años de historia, la nueva directora artística del Taller Coreográfico de la UNAM, Irina Marcano, busca que la agrupación se abra a nuevos horizontes: incorporar obras de su autoría y de otros creadores, nacionales e internacionales; llevar presentaciones a foros fuera de la máxima casa de estudios y a espacios alternativos dentro de la universidad —museos y festivales— e impulsar que bailarines exploren otras áreas creativas, como la escenografía, el vestuario y la iluminación, además de que cuenten con entrenamientos que parten de la danza clásica hasta planteamientos de coreógrafos y maestros externos.
Así lo compartió en entrevista con La Razón, la coreógrafa y bailarina Irina Marcano, quien toma las riendas de la compañía fundada por Gloria Contreras con la misión de mantener un legado vivo, pero avanzando hacia el futuro.
“Como lo hizo la maestra Gloria, en su momento, estamos tomando riesgos y rompiendo paradigmas para hacer nuevas creaciones y plantear ideas en la vida actual; es estar en ese constante diálogo y entender que el público es diferente, que tener un vasto repertorio nos da la posibilidad de tener un amplio número de espectadores”, afirmó.
Dijo que la primera temporada del Taller Coreográfico de la UNAM, bajo su dirección y llamada De la raíz a los nuevos frutos, hará un balance entre aquellas obras históricas creadas por Gloria Contreras (1934-2015), desde las más conocidas hasta las que hace años no se han visto, y nuevas propuestas.
“Hay obras de la maestra Gloria que tenemos muy en nuestro imaginario como sociedad, que tienen que estar muy presentes (Huapango y El mercado), que se bailan muchísimo, pero también hay otras que tiene tiempo que no se bailan y que a mí me encantaría retomar, traer al escenario de la mano con los herederos de la obra; hice varias propuestas”, precisó.
Marcano, quien formó parte de la Compañía Nacional de Danza, indicó que en su gestión incorporará obras de su autoría. Si bien serán propuestas actuales, se podrán compaginar con las búsquedas creativas que tuvo Gloria Contreras.
“Lo que ha sido mi sello creativo en los últimos años de carrera artística ha sido la fusión de lenguajes, un poco de lo que quiero traer son obras donde no necesariamente distingues si es clásico, neoclásico y contemporáneo, porque está todo ahí, creo que es justamente esa base lo que hace que esto comulgue con las necesidades del taller y con su esencia, esa exploración era a lo que se dedicaba la maestra Gloria, Diego Vázquez introdujo muchas obras contemporáneas”, comentó.
Consideró que seguir incorporando nuevas coreografías le permitirá a la compañía alcanzar nuevos asistentes. “Es un gran desafío artístico, el Taller tiene un público inmensamente valioso, fan de esta estética y magia tan particular que creó Gloria Contreras; pero también las nuevas creaciones abren posibilidades, si en una función estamos disfrutando de obras emblemáticas para luego ver nuevas creaciones, el público que fue por las piezas de ella también va a apreciar las nuevas propuestas y, el público joven, al que a lo mejor le llamó la temática, la visión o la estética de un montaje reciente, va a admirar la obra de la maestra. Es decirles, ‘éstos son los nuevos discursos, estéticas y tendencias, pero no las estuviéramos haciendo sino existiera lo anterior”, reiteró.
Aseguró que parte de su proyecto incluye llevar montajes a recintos fuera del Centro Cultural Universitario, como las FES Acatlán y Aragón; y los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) y preparatorias de la máxima casa de estudios, con el fin de diversificar aún más a sus espectadores. Además de sacar de la UNAM al Taller Coreográfico para que llegue a otros foros.
“Es ese nuevo camino que hay que comenzar a labrar, para mí es una de las aristas importantes del proyecto, porque el Taller tiene mucho qué decir, mucho qué plantear, es salir y abrirnos, pero sin perder ese espacio que ya tenemos ganado dentro de la UNAM. Es una de nuestras metas, sabemos que si lo que ven les gusta van a venir a tocar puertas a la máxima casa de estudios, sumarse a nuestro público”, comentó la coreógrafa.
Irina Marcano también retomará el proyecto que la Compañía Nacional de Danza ha impulsado de manera interna, la exploración de sus bailarines en otras áreas como la gestión, la iluminación y la producción, para que tengan una visión más multidisciplinaria.
“He dirigido estos procesos en la Compañía Nacional de Danza, cuando agrupación me abrió esas puertas tuve la oportunidad de desarrollarme como creadora, esas oportunidades me han llevado hasta aquí. Ahora traigo este proyecto, defiendo este planteamiento de crear futuro, la mejor forma es abrir esas prácticas escénicas para que los bailarines se empiecen a desarrollar, eso nos asegura que vamos a tener un futuro bastante valioso como pasó conmigo”, concluyó.
- Arcana, 1975
- El califas, 1983
- Alabanzas, 1987
- Bachiana, 1989
- Alaya (La energía universal), 1992
- Allegro enérgico, 1997
- Amargura, 2007
- Bach y la felicidad, 2010
