“Tú observas el cadáver del hombre torturado. Algo en aquel muerto te enternece, te llena de compasión. Lloras por él, aunque sea la primera vez que lo miras. / Tu nombre es Lúa, eres una niña de once años. /Coges un puñado de tierra y dejas caer, tan sólo un poco, en cada uno de los agujeros del rostro deforme. Con afecto emparejas la tierra hasta dejarla plana. Luego arrancas dos flores que crecieron, intrusas, en una de las paredes de concreto”.
He tomado de Tres cruces (Textofilia, 2021), de Alejandro Paniagua Anguiano (Ciudad de México, 1977), los sintagmas del párrafo anterior. Lúa, una niña de 11 años juega en una fosa clandestina y convive con los muertos. ¿Puede el lenguaje penetrar las trochas privativas del espanto? En esta fábula de filosa desnudez atravesamos los recodos del horror y somos testigos del hedor violento que nos asedia.
“Me sigue pareciendo asombroso que la trama de este libro esté sustentada en una historia real. Una anécdota simple; pero, estremecedora: una niña, Lúa, juega con despojos de cadáveres y los miembros cercenados de una fosa clandestina. Yo conocí a la verdadera Lúa en un taller literario. Cuando ella me contó la historia de su vida quedé devastado”, comenta, en entrevista con La Razón, Alejandro Paniagua Anguiano.
Tres cruces está cargada de poesía porque mi ambición literaria consiste en embellecer la desdicha, el desconsuelo o la violencia. No quiero reproducir ni exaltar la catástrofe humana, pretendo convertirla en una obra estética. Quiero que nuestros horrores provoquen un goce literarioAlejandro Paniagua Anguiano, Escritor
¿Cómo se conformó la novela? Le sugerí que la escribiera: me dijo que no estaba preparada, me concedió la tarea de convertir sus tribulaciones en literatura. Nos reuníamos cada semana para platicar e ir armando los capítulos. Las sesiones con la protagonista fueron tan intensas que ella a veces, volvía el estómago; temblaba durante horas sin control, o apretaba los puños hasta hacerse sangrar las palmas. “Este llanto me duele como un madrazo en la cabeza”, me decía.
¿Y la abuela alcohólica de dónde salió? También la vida de su abuela me partió el alma: una mujer alcohólica con sólo dos deseos: morir y volver a tomar (sí, en ese orden ilógico).
¿Y el tercer personaje? Un narco, un sicario que terminó descuartizando la existencia de la verdadera Lúa.
Una voz en segunda persona que le habla a Lúa. ¿Narrador demoniaco? Decidí que el narrador fuera un ente sombrío que le hablara a Lúa durante sus sueños y desvaríos. La verdadera Lúa me confesó que ella escuchaba en su infancia una voz demoniaca muy parecida al narrador. Muchas veces se sintió perseguida por una entidad maligna: esta abominación relatora apareció en la novela.
¿Emboques espirituales de la creación literaria? Sí, la mística de la creación literaria; la escritura, sin duda, tiene algo de paranormal. Escribo guiado por una música perturbadora; obsesión impulsada por la necesidad de desnudarme frente a los otros.
- El dato: En la historia, un sicario le renta un almacén a una abuela para usarlo como fosa clandestina y es en este lugar donde Lúa inventa juegos inusitados.
¿Una fuerza divina que incita la escritura? Yo siempre he querido saber qué extraviada fuerza nos vincula a la voluntad de escribir: ¿estará involucrado un impulso demoniaco, un ser mefistofélico? Con mi novela intento responder esa pregunta.
¿Prosa imbuida en la poesía? La poesía: fuerza capaz de dotar de belleza a la peor de las atrocidades. Tres cruces está cargada de poesía porque mi ambición literaria consiste en embellecer la desdicha, el desconsuelo o la violencia. No quiero reproducir ni exaltar la catástrofe humana, pretendo convertirla en una obra estética. Quiero que nuestros horrores provoquen un goce literario.
- Galardones: Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano, ganador del Concurso Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés y del Certamen de Poesía Amores sin fines de lucro
- Otras obras: E (2010), Los demonios de la sangre (2017) y Tatuajes de un mexicano herido (2018)
- Autor: Alejandro Paniagua Anguiano
- Género: Novela
- Editorial: Textofilia, 2021