Celebramos este miércoles el 88 aniversario del nacimiento de un escritor que es una “criatura única en el paisaje cultural mexicano” al decir de Luis de Tavira. Vicente Leñero (Guadalajara, Jalisco, 9 de junio, 1933-Ciudad de México, 3 de diciembre, 2014), el escritor mexicano más imbuido en la corriente realista (Stendhal, Balzac, Tolstoi, Flaubert...) con influjos evidentes del nuevo periodismo de los años 60 (Wolfe, Mailer, Talese, Capote...), saldos de la nueva novela francesa (Michel Butor, Duras, Robbe-Grillet...) y ciertas delineaciones católicas (Chesterton, Marshall, Green...).
Narrador (novela, cuento, relato infantil), guionista, periodista, dramaturgo, ensayista, editor y académico mexicano. Dejó un legado de más de 60 volúmenes. Su libro más influyente y determinante en la literatura mexicana, “Asesinato” (1985): texto hiperrealista que roza las líneas de la perfección. ‘Novela sin ficción’: crónica documental del homicidio de los esposos Florez Muñoz —Ciudad de México, 1978—, adyacente “A sangre fría” (1966), de Truman Capote. Leñero, nuestro máximo exponente en la exploración del enmarañado tejido de los sistemas policiacos, los intereses políticos y los falsos valores morales y sociales.
OTRAS OBRAS FUNDAMENTALES DE VICENTE LEÑERO
Maestro en la delineación de intensidades narrativas que se empalman con las cadencias de las novelas policiacas (“La gota de agua”, “Los Periodistas”, “Los albañiles”, “El garabato”, “Redil de Ovejas”...). Conocedor profundo de las consonancias del relato realista en vínculos con patrones robados al teatro: novelas de rebosadas vibraciones que colindan con la precisión del teorema matemático.
Se ha dicho que el autor de la controvertida obra teatral “El martirio de Morelos” es un escritor católico que se presenta con argumentos que aseveran sus convicciones, pero desde una perspectiva poco convincente por su dogmatismo. Christopher Domínguez Michael ha dicho: “Católico practicante, seguidor cauto pero persistente de las teologías latinoamericanas de la liberación, Leñero muestra sus limitaciones cuando se enfrenta a ideas religiosas o políticas.”
“Pueblo rechazado" (teatro, 1969), “El evangelio de Lucas Gavilán” (novela 1979) o “Jesucristo Gómez” (teatro, 1986) son ejemplos de cómo el escritor jalisciense desdeña el tema de la crisis de conciencia para calar sin embargo, con maestría en la pesquisa de la certeza en alegorías de las gestas históricas.
- “Los albañiles”. Novela. Premio Biblioteca Breve 1963
- “Asesinato”. Novela sin ficción. 1985
- “Los periodistas”. Novela-reportaje. 1978
- "La vida que se va”. Novela. 1999
- “Más gente así”. Memorias. 2013
- “El evangelio de Lucas Gavilán”. Novela. 1979
- “Periodismo de emergencia”. Periodismo. 2007
Sus mejores momentos en la dramaturgia se sustentan en “El Juicio” (1971) —aborda las motivaciones del asesino de Obregón—, “El martirio de Morelos” (1981) —proceso judicial en contra del cura insurgente, acusado de delación—: mordaces cuestionamientos a la beatona y esquemática visión de la historia oficial.
En su incursión cinematográfica se alzó como guionista con el Premio Ariel en cuatro ocasiones: "Mariana, Mariana" (1987), "El callejón de los milagros" (1994), "La ley de Herodes" (1999) y "El crimen del padre Amaro" (2002).
"Mariana, Mariana": dirigida por Alberto Isaac, adaptación de la novela "Las batallas en el desierto" de José Emilio Pacheco. "El callejón de los milagros": de Jorge Fons, hincada en la novela homónima de Naguib Mahfuz. Premio Goya de Mejor película iberoamericana y Mención de honor del Festival de Berlín por su narrativa.
“La ley de Herodes": de Luis Estrada Rodríguez, sátira política sobre la corrupción del Partido Revolucionario Institucional. "El crimen del padre Amaro": dirigida por Carlos Carrera, versión de la novela homónima del escritor Eça de Queiroz; la historia amorosa de un cura y una joven de un pueblo. La cinta fue nominada al Premio Oscar y al Globo de Oro.
Sobresale en su extensa bibliografía “Los periodistas” (1978): testimonio íntegro del golpe echeverrista al diario Excélsior. En “La vida que se va” (1999) y “Más gente así” (2013) apreciamos a un Leñero entrañable y cordial que hace referencia a su propia vida, los amigos, el pasado, las encrucijadas de la existencia, los encuentros, el amor, los fracasos, la familia y las ataduras.
AG
