Después de 17 meses de que la pandemia de Covid-19 silenció la ópera en el Palacio de Bellas Artes, la tarde de este domingo, público de todas las edades y hasta turistas disfrutaron de este arte en un recital que incluyó piezas de Puccini, Verdi y Respighi, que los conmovieron y emocionaron.
“Estamos bastante emocionados ya hacía falta que volviera la ópera a Bellas Artes. Es bueno que se empiezan a retomar las actividades culturales”, comentó a La Razón, previo al recital, el joven Alan Martínez de 21 años, proveniente de Tlalnepantla, Estado de México.
Entre el público también había turistas, una familia originaria de Baja California, que aprovechó su estancia en la Ciudad de México para acudir al recital.
“Ayer andábamos caminando por acá, nos dimos cuenta de esta actividad y como estamos tratando de recorrer la mayor parte de espectáculos y cosas propias de la ciudad, pensamos que venir a Bellas Artes era una de ellas, por eso trajimos a toda la familia. Pienso que va a ser un concierto agradable y nos vamos a llevar un buen sabor de boca a nuestra tierra”, dijo Nina Martínez, de 46 años, quien asistió con sus tres hijas y con su esposo.
El especial concierto, en el que además Iván López Reynoso se estrenó como director de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, comenzó a las 17:05 horas. No se trató de una megaproducción de ópera escenificada, sino de un recital con piezas de formato camerístico, adaptándose a la nueva normalidad.
En el escenario 15 músicos, bajo la batuta de Iván López Reynoso, quien recientemente se convirtió en el primer mexicano en ser director invitado en la Ópera de Zúrich, comenzaron la función con "Crisantemi", la más conocida y difundida de las obras instrumentales de Puccini y que se caracteriza por su ambiente triste y melancólico de principio a fin.
La interpretación de "Crisantemi" conmovió al público por expresar sentimientos de tristeza relacionados con la muerte, la cual ha acechado al mundo por más de medio año a causa de la pandemia de coronavirus.
Al finalizar la ejecución, los espectadores aplaudieron a los músicos y al director de orquesta, quienes en todo momento portaron cubrebocas para prevenir contagios de Covid-19.
El programa continuó con la ejecución de "Il Tramonto", de Respighi, y para ello se colocaron cuatro mamparas de acrílico transparente, para evitar que las gotículas de saliva de la mezzosoprano Rosa Muñoz llegaran a los músicos, al director o al público.
Rosa Muñoz, solista invitada, cautivó con la conmovedora interpretación de la obra de Respighi, que destaca por su profunda belleza lírica.
La última pieza fue "Sinfonía para cuerdas en mi menor original", de Verdi, estructurada en cuatro movimientos —Allegro, Andantino, Prestissimo y Scherzo fuga. En esta ejecución Iván López Reynoso demostró por qué es uno de los directores de orquesta más solicitados en las grandes casas de ópera de Europa.
Escuchar la ejecución de la pieza de Verdi fue como experimentar un abanico de emociones: felicidad, tristeza, emoción y júbilo, pues la obra está llena de contrastes y colores, que recuerdan pasajes de las óperas "La traviata" y "Un baile de máscaras".
La participación de López Reynoso fue después de la última función de la Ópera de Bellas Artes, en febrero de 2020, en la cual fue director invitado y compartió escenario con el reconocido tenor Javier Camarena.
El recital culminó a las 17:56 y los 227 asistentes, que es el aforo permitido, desbordaron de aplausos el Palacio de Bellas Artes, que fue testigo del regreso de la ópera.
AG
