Salida reaviva debate sobre vacuna

Desde 2005 Djokovic no faltaba a Australia

Deja vacante su título que no perdía en las últimas tres ediciones; el presidente de Serbia quiere que regrese a su país natal; crea controversia en la población, tras ser deportado

El tenista serbio, a la hora de llegar a Dubai, ayer.
El tenista serbio, a la hora de llegar a Dubai, ayer. Foto: Reuters

El tema de Novak Djokovic y el Abierto de Australia por fin llegó a su final y el mejor tenista del mundo dejó su título vacante, después de que tres jueces decidieran deportarlo por no tener la vacuna contra el coronavirus y negarse a ponérsela.

Cuando parecía que Nole se mantendría en Australia para disputar el primer Grand Slam del año, ayer se decidió que no participara en la competencia y al parecer quedará tres años fuera de la competencia, pues su visa será cancelada por dicho tiempo.

Desde su debut en el Abierto de Australia en 2005, Novak Djokovic no se perdía ningún torneo en dichas tierras, en donde de sus 20 majors ha ganado nueve y de 2019 a la fecha ha levantado el trofeo.

Djokovic expresó su decepción con el fallo, pero dijo que respetaría la decisión de la corte, cooperaría con las autoridades “en relación a mi salida del país” y se tomaría un tiempo “para descansar y recuperarme”.

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“Estoy extremadamente decepcionado con la decisión de la corte de desestimar mi solicitud de revisión judicial a la decisión del ministro de cancelar mi visa, lo que implica que no puedo quedarme en Australia y participar en el Abierto de Australia”, dijo en un comunicado.

El serbio de 34 años creó la controversia en la población mundial, pues en redes sociales las críticas no se hicieron esperar, pero muchos otros también apoyaron la postura del tenista asegurando que era libre de tomar la decisión de no vacunarse.

Por su parte, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, instó a Novak Djokovic de volver a su país natal, además acusó a las autoridades australianas de “hostigar” al deportista y calificó de “farsa” el fallo.

“Me desvivo para poder verle en Serbia, que vuelva a su país, que vuelva a donde siempre es bienvenido. Ellos se creen que han humillado a Djokovic con esto, el mejor del mundo, con 10 días de persecución, ellos son los que se han humillado y Djokovic puede volver a su país con la frente en alto”, añadió.

Djokovic decidió partir a Dubái para descansar, previo a su siguiente compromiso.

El tenista también es visto como un héroe para el movimiento antivacunas.

Un manifestante levantó un letrero en apoyo a Nole durante una protesta en Holanda.

La tenista francesa Alize Cornet expresó su compasión y se reservó cualquier juicio.

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“Conozco muy poco la situación para juzgar. Lo que sé es que Novak siempre es el primero en estar del lado de los jugadores. Pero nadie estuvo con él. Sé fuerte”, escribió en Twitter.

Novak no solamente se jugaba mantener el título del Australian Open, sino también el convertirse en el máximo ganador de Grand Slams en la historia, pues está empatado con el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, los tres con 20, pero el ibérico sí competirá en el primer grande.

Nadal fue uno de los principales críticos por el caso de Djokovic.

“Honestamente, estoy un poco cansado de la situación”, dijo Rafa.

La vacuna era un requisito para todos los que acudan al torneo: jugadores, entrenadores y otros integrantes, aficionados, prensa y cualquiera que esté en el lugar.

Djokovic pudo evitar la saga de 11 días si se hubiera vacunado contra el Covid-19, como el 95% de los mejores 100 tenistas femeninos y masculinos en sus respectivos escalafones o como con la menos otros dos jugadores que no se inocularon y quedaron fuera.

La política se hizo presente, ya que en Australia aseguraban que no tratarían distinto al tenista por ser una figura, que al resto de la población, sumado que necesitaban los papeles que Djokovic había prometido.