Por Antonio Ortega
La selección argentina consiguió ayer su pase al Mundial de Sudáfrica 2010, luego de derrotar, por la mínima diferencia, a su similar de Uruguay, que no pudo hacer valer su condición de local y se tendrá que conformar con disputar el repechaje ante Honduras.
El empate también hubiera dado la clasificación a los argentinos, pero el festejo no hubiera sido tan efusivo, como el que se vivió al final del encuentro con un Maradona al borde del éxtasis.
El encargado de enloquecer a todos los argentinos fue Mario Bolatti, quien al minuto 85, apenas dos minutos después de haber ingresado al terreno de juego, mandó el esférico a las redes de la portería charrúa.
Los primeros minutos del encuentro fueron dominados absolutamente por el equipo local, que aprovechó el evidente nerviosismo de los argentinos, que se salvaron de un gol en contra varias veces.
Sin embargo, la escuadra de Óscar Tabárez no pudo perforar la portería argentina y el empate a cero perduró durante los primeros 45 minutos.
Para la parte complementaria ambos equipos lucían más temerosos, aunque el equipo pampero logró sacudirse la presión y comenzó a practicar un futbol más claro en ofensiva.
Parecía que el partido que se presentó durante días como una guerra, terminaría con un pésimo empate a cero goles, pero Mario Bolatti cambió la historia.
Un disparo de Juan Sebastián Verón desde fuera del área fue desviado por la zaga uruguaya, pero el balón le quedó fortuitamente a Bolatti, que no desaprovechó y marcó el gol de la felicidad albiceleste al minuto 85’.
El suplicio del Pelusa terminó, se quedó con el boleto y ahora comienza el camino rumbo a Sudáfrica, que no será menos sinuoso que el de la eliminatoria, pues el astro argentino deberá trabajar en serio si pretende convertir a su equipo en la avasallante Argentina de otros mundiales.
fdm