Foto: Cuarto Oscuro
Un grupo de hombres disparó la madrugada del lunes contra la casa de Alfredo Álvarez Cuevas, Director Comercial de la Cooperativa La Cruz Azul, S.C.L., en al menos seis ocasiones. No hubo heridos.
Álvarez Cuevas recordó que hace dos meses recibió una llamada en la que le pedían no asistir a la Asamblea General, pues sí lo hacía “le podían pasar cosas”. De esta forma, no descartó que la agresión tenga que ver con la solicitud de auditorías para la Cooperativa.
La tercera cementera más importante del país -después de Cemex y Holcim Apasco- se ha visto envuelta en problemas y escándalos financieros relacionados no sólo con Alfredo, sino con su hermano Guillermo Álvarez Cuevas, Director General, y su cuñado Víctor M. Garcés Rojo, Director Jurídico de la empresa.
Los cooperativistas en activo y retiro han denunciado deudas por 42 mil 756 millones de pesos, en una empresa cuya facturación ronda los 8, 000 mdp anuales – una de las mayores en Latinoamérica, según la Alianza Cooperativa Internacional -, por malos y turbios negocios en la compañía que han liderado los hermanos Álvarez por dos décadas.
La parte más afectada ha sido la propia cooperativa, la cual, de la cantidad mencionada, registró números negativos por 27 mil 219 millones de pesos; lo restante corresponde a catorce empresas más.
Uno de los temas que reclaman los accionistas involucra a la familia de Guillermo, también conocido como Billy, Álvarez con un terreno ubicado en el sur de la Ciudad de México.
Víctor Garcés – también propietario de Andrómeda Constructores Inmobiliarios, S.A. de C.V.- ,su esposa María Gilda Álvarez Cuevas y cinco asesores de la dirección (Jesús Rafael González Callado, Fernando Luis Arista, Roberto Guízar, José Besil Bardawil y Carlos Javier Terroba Wolf) intervinieron en el 2007 para que Cruz Azul pagara un sobre precio por el terreno, el cual se utilizó para sus nuevas oficinas, a través de Guillermo Peredo, quien fungió como intermediario, de acuerdo con la escritura 6530 ante el notario público 202, José Gutiérrez Valdés.
Asimismo, a los hermanos se les acusa de irregularidades en auditorías hechas en empresas que trabajan para Cruz Azul, en las cooperativas de servicios, en el proyecto Médica Azul, en la administración del Hotel Ixtapa, en Concretos Cruz Azul y en los proyectos Concretos y Cementos Nacionales (Cycna).
También cuestionan la impunidad y abuso de poder por parte de Billy, Alfredo y Garcés Rojo.
Ejemplo de esto son las cincuenta toneladas de cemento que recibía Antonio Morales Rivera, sin necesidad de comprobar hacia dónde iba el producto, para que de esta manera testificara en contra de los cooperativistas que no estaban conformes con la administración de los Álvarez.
Por si fuera poco, la Cooperativa tiene un crisis interna, por lo que este año no creó un Fondo de Previsión Social y por esto no podrán deducir impuestos a sus gastos de salud, funerarios y becas educativas.
Lo anterior deja un boquete que ronda los mil millones de pesos a los empleados, según indicaron algunos cooperativistas, al reunirse con las comisiones de Hacienda y del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Para subsanar las finanzas, los trabajadores tendrán que pagar el ISR correspondiente a este ingreso, y las personas que fueron removidas de Cruz Azul durante los últimos tres años sólo reciben el 10 por ciento correspondiente a su liquidación, según documentación que llegó a manos de os diputados Amando Ríos Piter (PRD) y Óscar Gonzáles (PT).
Finalmente, otro asunto que aqueja a los directivos tiene relación con el equipo de futbol por excesiva nómina de los jugadores, especialmente del seleccionado nacional Gerardo Torrado, quien percibe un sueldo de 250 mil dólares mensuales y que no paga los impuestos debidos por su dinero en el extranjero.
jvc
