Sergio García se lleva el saco verde al ganar el Masters de Augusta

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Foto: larazondemexico

El golfista español Sergio García demostró finalmente que cuenta con lo necesario para un major al coronarse el hoy en el Masters de Augusta.

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El español necesitó desplegar su mejor golf casi en cada golpe durante la última hora, y se sobrepuso a una desventaja de dos impactos con seis hoyos por disputar. Terminó superando a Justin Rose en un hoyo de desempate, y se coronó el domingo en el Masters de Augusta, su primer cetro en un major tras casi dos décadas de desazón.

Ningún golfista en la historia había jugado más majors como profesional —70— sin ganar uno por primera vez.

García conjuró los demonios y disipó las dudas con dos grandes momentos en los hoyos de par 5. Uno lo rescató en par y en otro consiguió un eagle.

Cerró con una tarjeta de 69 golpes, tres debajo del par.

El español obtuvo un major casi 18 años después de que fue segundo, sólo detrás de Tiger Woods, en el PGA Championship. Aquel torneo marcó el despegue en la carrera de García.

Pero las cosas fueron difíciles hasta el final.

Luego de fallar un putt de metro y medio (cinco pies), con lo que hubiera obtenido un birdie y el triunfo en el hoyo 72, García debió disputar el desempate. Pero en éste, se quitó por fin el estigma de ser el mejor golfista que jamás había conseguido un título grande.

Valió la pena la espera.

Ambos golfistas volvieron a jugar el 18, y Rose se metió en problemas con su tiro de salida. Debió ingeniárselas para enviar la pelota hacia el green desde detrás de una magnolia gigantesca.

Falló un putt de unos cuatro metros (14 pies) que le hubiera permitido salvar el par y ejercer algo de presión del español.

No importó al final, pues García atinó su putt de tres metros y medio (12 pies) para birdie y se ciñó el saco verde.

Rose le dio una afectuosa palmada en la mejilla a su rival, y luego lo abrazó. García lanzó un beso al público, antes de colocarse de cuclillas y propinar un puñetazo al césped.

El público comenzó a corear el nombre del español, quien echó a llorar.

"Si hay alguien ante el que un golfista quisiera perder, es Sergio. Se merece esto", comentó el estadounidense. "Ya se había llevado suficientes decepciones".