La moneda está en el aire, con la posibilidad de que a su caída sea cara o cruz, lo que le aparezca al Real Madrid y al Liverpool.
Para los merengues el abolengo y ese blanco más vil que porta su estirpe está en juego, con la posibilidad de llegar a su gloria número 13, poniéndose así como el máximo ganador del certamen más importante de clubes en Europa.
Por su parte, la tarea de los Reds es más modesta, llegan como el rival débil, con apenas cinco justas ganadas.
Claro está, que el madridismo está nervioso, con la expectativa a tope, con la obligación que cargan los grandes y el deber de sumar una Champions más, pues de lo contrario su actual temporada será un fracaso con cero títulos para sumar a los ya repletos armarios del Santiago Bernabéu.
Hasta llegar al Olímpico de Kiev, la cabeza de Zidane sufrirá un permanente dolor, el motivo de las jaquecas del galo pasan por el empuje de varios de sus futbolistas para disponer de un papel estelar el sábado.
Con nueve jugadores con el cartel de titulares, salvo lesión (Keylor, Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo, Casemiro, Modric, Kroos y Cristiano) restan dos puestos por definir.
Los tres llegarán a Kiev en el mejor momento de la temporada
Será Zizou quien decida si completar el once con Isco en la medular, repitiendo el centro del campo que asombró en la final de Cardiff ante la Juventus.
Se busca pareja para Cristiano en el ataque y el puesto bien podría ser Karim Benzema, que decidió la semifinal ante el Bayern con un doblete o Gareth Bale, quien ha olvidado por completo su mala suerte con las lesiones.
Los Reds, que jugarán su octava final y buscan su sexta Orejona, están más definidos, con hombres como Karius, en su puerta; Alexander-Arnold, Lovren, Van Dijk en la zaga; su media conformada por Robertson, Henderson, Milner, Wijnaldum y a Mané, Salah y Firmino en el ataque.
[caption id="attachment_744055" align="alignnone" width="696"] Gráficos: Gerardo Núñez[/caption]
Clic aquí para ver en tamaño completo.