El nuevo día sonrió a Rafa Nadal. De los malos momentos vividos el miércoles contra el bravo argentino Diego Schwartzman se pasó a un esprint hasta las semifinales de Roland Garros, donde se enfrentará a Del Potro, que ha ganado a Cilic (7-6, 5-7, 6-3 y 7-5).
[caption id="attachment_750335" align="aligncenter" width="1024"] Del Potro / Foto: Especial[/caption]
Fue otro Rafa el que se vio en la reanudación del encuentro suspendido por la lluvia, pero también fue otro Schwartzman.
Watch the highlights of the great match between Rafael Nadal and Diego Schwartzman. The Spanish won in four sets 4/6 6/3 6/2 6/2.
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— Roland-Garros (@rolandgarros) 7 de junio de 2018
El bonaerense había rozado la perfección el miércoles para cortar la racha del español de sets seguidos ganados en París, que dejó en 37, pero en una versión más humana se quedó sin opciones ante el rey de la tierra.
El miércoles, ganaba 6-4 y 3-2 antes de la primera parada por la lluvia. Al regresar, el partido se puso 6-4 y 3-5 cuando se aplazó definitivamente.
Rafa ya dio muestras de mejoría. Y en la reanudación del jueves fue a más. En un pispás, Nadal se llevó el segundo parcial y dejó encarrilado el tercero.
[caption id="attachment_750328" align="aligncenter" width="468"] Rafa Nadal / Foto: Especial[/caption]
Las condiciones meteorológicas eran otras, pues se pasó de una jornada plomiza al sol, que le va bien al manacorense porque la bola está más viva, más saltarina.
También cambió algo la táctica: en lugar de repetirle tanto los tiros hacia la zona del revés de Schwartzman, le varió más, a un lado y a otro. Y la derecha paralela de Rafa también funcionó mejor, lo que siempre es un síntoma de que siente la bola.
Así, ganó 10 de los 11 primeros puntos disputados. Así, se puso 4-1 en el marcador, para llevarse el tercer set por 6-2. Al argentino, más fallón, dejando muchas pelotas en la red, le costó entrar en el «nuevo» encuentro. Su derecha, un cañón el miércoles, perdió eficacia.
Se quiso resistir Schwartzman, subió un poco el nivel, pero sólo le dio para dejar en la retina un buen puñado de puntos, no opciones reales de llevarse el partido. La exquisita respuesta de Rafa dejó situaciones que la pista Philippe Chatrier aplaudió a rabiar, durante más de medio minuto en algunas jugadas que tuvieron de todo: intensidad, dejadas, contra dejadas, subidas a la red, tiros ganadores... Dos roturas en blanco y más estabilidad en el saque dejaron al número uno del mundo con 5-1 en el cuarto set.
Se había convertido en una máquina el balear, que cerraba los huecos para defender y que se mostraba agresivo cuando podía. Así es prácticamente invencible en superficies lentas.
El público quería más, animó al argentino, que se resistió con valentía y en realidad no lo hizo mal, pero cuando el rival que tenía enfrente está en ese estado hay poco que hacer.
Ganó su saque el argentino, se puso 5-2, regaló unos minutos más a los aficionados y todavía tuvo tres posibilidades de «break» para ponerse 5-3. Se marchó del torneo con la cabeza alta. Sólo el mejor Nadal le hizo ponerse de rodillas.
ntb