Magnus Carlsen se convirtió en el campeón del mundo de ajedrez tras derrotar al estadounidense Fabiano Caruana en el desempate, por un contundente 3-0. Desde que consiguiera su primer campeonato del mundo en 2013 (siendo el segundo jugador más joven en lograrlo, solamente por detrás del histórico Kaspárov), el noruego no se ha bajado de la cima, y ha sumado su cuarto campeonato del mundo de ajedrez.
Con casi 28 años (los cumple el próximo 30 de noviembre), el maestro de ajedrez ya apuntaba maneras desde que era joven. De hecho, fue conocido como un niño prodigio y estuvo cerca de ganarle una partida a Kaspárov en 2004, cuando el noruego tenía trece años. Pero su vida no solo ha sido el ajedrez, también la moda.
Como Superman, Magnus Carlsen tiene una doble vida: jugador de ajedrez y modelo
En 2010, Magnus Carlsen firmó con una marca de ropa para ser uno de sus modelos de G-Star RAW. También ha sido incluido varias veces entre los más atractivos del mundo por revistas como Time o Cosmopolitan.
No hay duda de que, si no hubiera tenido futuro como jugador de ajedrez, lo hubiera tenido como modelo. Pero en cuanto a relaciones, Magnus no ha tenido mucha fortuna. Sin embargo, él siempre ha tenido una excusa para ello: «No tengo demasiado tiempo para desarrollar una relación seria. La verdad es que no me gusta cuando salgo y las chicas empiezan a contarme cómo juegan al ajedrez con su abuelo. No lo puedo soportar. Es aburrido. ¡Quiero hablar de cualquier otra cosa!», ha confesado alguna que otra vez.
A él le gusta cuidar tanto su cuerpo como lo hace con su cerebro, por lo que compaginar su carrera de jugador de ajedrez como el ser modelo no le parece complicado.
Su físico a su edad no deja nada que desear. Se puede decir que es una revancha a hace unos años, cuando sufría «bullying» en su instituto: «Me aislé porque soy muy diferente del resto de la clase. Es difícil ser cool (popular) cuando se juega al ajedrez». Él, como un buen vino, mejor con el paso de los años. Además, ha sido comparado con Justin Bieber, cantante estadounidense, por su curioso parecido.
Ha sido patrocinado por varias marcas como Omega y Porsche, y la primera de ellas fue Microsoft. The Washington Post ya lo conocía como «El Mozart del ajedrez», por la facilidad con la que se desenvolvía en el tablero y su gran capacidad para memorizar partidas. Simen Agdestein, escritor y maestro de ajedrez, aseguró en uno de sus libros que mostró claros signos de precocidad intelectual temprana en su vida. «A la edad de cinco años se sabía el área, la población, la bandera y el capital de todos los países del mundo».
En 2013, Carlsen creó su propia compañía de propiedad mayoritaria, Play Magnus AS, con el objetivo de usar esto como una plataforma para usar el ajedrez como una herramienta para hacer del mundo un lugar más inteligente. Esta empresa es una de las mejor valoradas en el mundo. Y en Estados Unidos es Presidente Honorífico de la Fundación de Estados Unidos para el Ajedrez, donde ha ayudado a recaudar más de un millón de dólares para llevar el ajedrez a los niños estadounidenses.
La gran pantalla ya se hace eco de él
En 2016, se hizo un documental sobre su vida, «Magnus», que fue reproducido en más de cincuenta países. «Ha creado una revolución en el ajedrez y miles de niños ahora quieren ser como él», dijo el fundador de ChessBase en el documental. Además, también varios libros escritos sobre su vida o sus partidas, como «Magnus Carlsen, Campeón del Siglo XXI» o «Magnus Carlsen Campeón del mundo».
En los últimos años, el propio Carlsen se ha mostrado crítico consigo mismo: «Necesito mejorar», dijo el noruego después de coronarse por cuarta vez como campeón del mundo. «Objetivamente, juega a un nivel muy alto, pero carece de la energía que causa que el oponente colapse. Si no vuelve a encontrarlo, debe encontrar otra manera de mejorar», aseguró Atle Green, experto en ajedrez.
Más allá del ajedrez o la moda, Carlsen es aficionado a deportes como fútbol y también siente un gran apego por el póquer. De hecho, es aficionado del Real Madrid, y realizó el saque de honor en el Bernabéu en 2013, cuando fue campeón del mundo por primera vez. También ha dejado ver que es fan del Pato Donald, y ya aseguró en alguna entrevista que entre partida y partida solía leer alguna historieta del famoso pato de Disney. «Es muy singular que tengas uno que sea el mejor del mundo, pero crítico para ti mismo», dice Espen Agdestein, gerente de Aftenposten. «Él es absolutamente brillante en rayos y rápido persiguiendo. Se autotrasciende y es bueno para pensar en qué puede ser mejor a largo plazo. Tiene algo con lo que quiere trabajar», aseguró.
Con información de La Razón de España
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