El Barcelona sobrevivió a un clásico en el que el Real Madrid asumió la posición protagónica, al firmar en el Camp Nou un empate sin goles que mantiene a los azulgrana en el liderato de la Liga española.
Hace 17 años no se daba un marcador con dicha pizarra, la última ocasión fue en la temporada 2002-2003 de igual manera en el Camp Nou, de la Jornada 11 de LaLiga.
El duelo correspondía al pospuesto en octubre (de la décima Fecha) debido a la convocatoria de una manifestación pro independencia en la capital de Cataluña. El Barça mantiene el liderato con 36 unidades, mismas que poseen los merengues, pero con mejor diferencia de goles.
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Este resultado extiende a siete ediciones del clásico sin que el Madrid celebre una victoria. La ocasión más reciente en la que ganó fue en la final de la Supercopa de España del 18 de agosto de 2017 (2-0); durante este lapso los culés han triunfado cuatro, e igualado en tres ocasiones.
En el duelo, los merengues tomaron el mando a lo largo de la primera mitad, en la que no aprovecharon su dominio cuajando goles, a pesar de que jugaron la mayor parte en el campo rival.
El central Gerard Piqué salvó al Barça de la caída de su meta con una oportuna intervención en la línea, a un remate de cabeza del francés Karim Benzema con dirección a puerta a los 17’.
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El conjunto madrileño mantuvo su asedio y controló el esférico, el cual recuperaba con rapidez cuando los anfitriones intentaban salir a la ofensiva.
El centrocampista uruguayo Federico Valverde fue uno de los mejores antes de salir de cambio (80’) e intentó hacer daño con un par de disparos; el primero apenas pasó a un lado de la puerta y el segundo fue contenido por el arquero alemán Marc-André ter Stegen.
En los momentos de más dominio de los blancos, el francés Raphael Varane fue derribado en el área por su compatriota Clément Lenglet, pero el árbitro Alejandro Hernández no señaló una acción de falta y el videoarbitraje (VAR) no le informó que revisara la jugada.
El estelar argentino Lionel Messi tuvo en sus botines la primera llegada de peligro azulgrana con un remate en los linderos del área, que fue desviado dramáticamente por Ramos cuando iba con dirección a las redes a los 30’.
Diez minutos después, Messi volvió a aparecer con un gran pase a la llegada de Jordi Alba por sector izquierdo, pero el disparo cruzado del lateral pasó apenas a un lado del marco.
“Son los partidos que ya conocemos, muy trabajados. Ha sido muy difícil, es algo que ellos están muy fuertes en esa parte, pero después nosotros también tuvimos varias ocasiones”, puntualizó el centrocampista croata Ivan Rakitic.
En el complemento, el Madrid mantuvo el control, pero ya sin gran profundidad, mas fue Messi quien tuvo la jugada más peligrosa en una combinación con el galo Antoine Griezmann, y en la que el pampero no pudo rematar frente al marco al minuto 59.
El dato: Zidane señala que se va molesto del encuentro, pues él considera que pudieron ganar, pero al final no lograron marcar y “eso a veces pasa”.
Un fuera de juego del francés Ferland Mendy ahogó la celebración merengue en una jugada en que cedió un pase que el galés Gareth Bale, quien mandó el balón a las redes, pero la acción quedó invalidada al 73’, para darle ruta a la igualada en el juego más relevante del futbol español.
“Controlamos bastante bien el juego, creo que hemos tenido una que otra ocasión más que ellos y no es fácil; al final es un campo muy complicado y quitarle el balón al Barcelona siempre es difícil”, explicó el capitán merengue Sergio Ramos al concluir el duelo.
Miles de personas protestan afuera del Camp Nou
Una gran cantidad de elementos de la policía y guardias de seguridad privada se desplegaron dentro y en los alrededores del Camp Nou de Barcelona, para garantizar que una protesta del movimiento separatista catalán no alterara la realización de uno de los partidos de futbol más seguidos a nivel mundial.
El Barcelona, líder de la Liga española, recibe a su archirrival y segundo de la tabla Real Madrid, y los separatistas aprovecharon la cobertura global de más de 650 medios para exigir la independencia catalana de España.
Aproximadamente, cien mil aficionados acudieron al clásico en el estadio más grande de Europa, y más de 3 mil policías y guardias de seguridad fueron asignados en el lugar. El juego inició sin incidentes.
Los elementos de seguridad confiscaron máscaras con el rostro del astro argentino del Barça, Lionel Messi, a aficionados que ingresaban al estadio, que al parecer serían usadas a fin de no ser identificados por las cámaras de circuito cerrado en caso de desmanes.
Tras el arranque del juego, algunos hinchas sostuvieron carteles azules que decían “España, siéntate y dialoga” y “Libertad”. Otros coreaban en catalán “Libertad a los Presos Políticos”.
Tales mensajes eran en referencia a la negativa del gobierno español a discutir la independencia de Cataluña y del reciente encarcelamiento de nueve líderes secesionistas por sus roles en un fallido intento independentista en 2017.