Luna última de año en menguante, casi vacíos los tendidos, la corrida décima se vestía de caballos y fardas en la arena, de rejones y forcados iba la tarde. Horacio Casas, a la andaluza, salió de azul montando a un tordo lusitano para recibir a Andante, 547 de rabo cano y seriedad enmorrillada riza en cárdena capa salpicada, a quien colocó el primer rejón de castigo por el pitón derecho. Para el segundo, el del fierro Vistahermosa ya chorreaba la vista y andaba sin acometer, no pudo colocárselo. Con una cruza de lusitano castaño morcillo y un retinto de alto tranco buscó el rejoneador al bicho para el segundo tercio, coronando con tres banderillas, una al violín trasero.
Llegó el turno de los Forcados Amadores de Lisboa, que pegaron a la segunda embestida del ejemplar del rancho San Juan, luego de que acunara al primer viaje al forcado de cara, y se presentó con las mismas señas de mal comportamiento para el tercio final, muy silbado, donde tuvo que intervenir el sobresaliente Ángel Lizama Papo a pasaportar al animal con un aviso y a disgusto del respetable.
El dato. Gamero pasa como el primer mexicano en indultar a un toro a caballo, y el tercer rejoneador en lograrlo en la historia de la Plaza México.
Emiliano Gamero, lucido charro, montó a Inspiración, un tordillo para abrir su turno con Año Nuevo, 492 kilos de un negro listón bragado que recibió el primer rejón de castigo con potencia, y ya aquerenciado en toriles, el acucharado tocado de su embiste natural se impuso ante un segundo rejón. Con Malasaña, Glamour y Haquemate, castaño brillante el primero, de crineras blancas el segundo y flores amarillas el tercero, el jinete capitalino se presentó con los rehiletes, donde disfrutó más el toreo, alborotador, colocó hasta cuatro arpones con mucho temple.
Debutando en La México, los Forcados de Turlock de California tuvieron una buena primera pega, a pesar de que el toro hirió en el costillar al forcado de cara, George Martin, quien salió a recoger la ovación de un público muy emocionado para esas alturas. Con rosas por banderillas cortas, Gamero coqueteo con un buen final, y en la cuadratura del rejón de muerte se le complicaron las cosas, cuatro intentos y dos avisos después, pero se ganó la vuelta al ruedo con el californiano.
Con nubes de frialdad en el horizonte, el queretano Santiago Zendejas, también vestido hispanamente, salió con un albazán dosalvo por vez primera en el monolito de la colonia Nochebuena a debatirse con Albariño, casi media tonelada de zardo rabicano, badana y bajos en blanco. Por banderillas y con un rejón de castigo, a bordo de Gallito y Zeus, pintado lusitano e isabelino de pintas, respectivamente, acabó derribando al toro. Con los Forcados de Mazatlán quedó todo en primera pega de lujo, Zendejas alegró a los tendidos con un desplante de teléfono, pero erró con el palo del tercer tercio, así lo celebraron con su vuelta al pandero.
Para el cuarto, la noche y las emociones se calentaron cuando Avellano, astado de 504 kilogramos de morrillo bragado, alcanzó en una primera embestida hacia las tablas a Horacio Casas, ante un burel que sabía cortarle los viajes al caballo. En sus siguientes tercios falló, mientras que los sobresalientes Papo y Campero dieron mucho de qué hablar. Los de barretes portugueses, finalmente tuvieron su pega valiente al primer viaje de bravura seca, asiéndose el de cara con firmeza hasta el final. Entre rechiflas, con un aviso se fue Casas y Duarte Mira, el forcado lisboeta, se dio la vuelta al ruedo.
Gaspar, noblazo pastueño cárdeno de 551 de peso y cortedad, fue el quinto bueno para un Gamero con ganas de triunfar, que por los avivadores conmocionó a los asistentes, luego de un tropezón. Plena de expresividad la faena, el jinete y la ganadería acabaron en un excesivo indulto que reclamaron al juez Brown los tendidos. Sentida vuelta al ruedo de ganadero, forcado y rejoneador.
Año Viejo, el cierraplaza de 482 kilos, morrillo negro bragado, fue la oportunidad de lucir para Zendejas, terciando y cambiando con verdad y mucho compromiso en segundo tercio. Los maza-tlecos se quedaron con las ganas de pegar, pues el burel se vino abajo, puesto para la puntilla.
Los Barbachano Ponce, entre toros y cine en la décima
La celebrada corrida de rejones se celebró con ganado de Vistahermosa, de don Jorge Barbachano Ponce, pariente del legendario impulsor del cine mexicano, Manuel Barbachano Ponce, quien produjo en 1957 la película Torero, dirigida por Carlos Velo, filme biográfico del Berrendito de San Juan, Luis Procuna, que, con Raíces de Benito Alazraki, también producto de Barbachano Ponce, inauguran las bóvedas de la Filmoteca de la UNAM. Simpatizante abierto de la revolución cubana, promueve y manufactura la primera película del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas, Cuba baila de Julio García Espinosa en 1961. Cineasta bibliófilo Barbachano reclutó a Gabriel García Márquez como guionista de sus populares noticieros Cine-verdad, y procuró que Juan Rulfo escribiera un argumento original para un largometraje, El gallo de oro, dirigida por Roberto Gavaldón en 1964, le da a Luis Buñuel el Premio del Jurado por Nazarín, en 1959, y consigue que Rubén Gámez logre su primer y único largometraje, Tequila, en 1992.
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