Con hospitales dañados y al menos 250 mil personas sin casa, dos semanas después de la explosión en Beirut que dejó más de seis mil heridos y alrededor de 200 muertos, la pandemia de Covid-19 ha crecido 132 por ciento, por lo que el país necesita volver a confinarse por al menos 14 días, informó el ministro de Salud, Hamad Hassan, quien ahora está en carácter de interino, tras la renuncia del primer ministro Hassan Diab.
“Declaramos hoy un estado de alerta general y necesitamos una decisión valiente para confinar (el país) durante dos semanas”, dijo Hassan a la estación de radio, Voice of Lebanon.
Lo anterior, luego de que la dependencia a su cargo registró un récord de 456 nuevas infecciones, además de dos decesos, lo que eleva el número acumulado a nueve mil 337 y 105, respectivamente, en un país con apenas 6.8 millones de habitantes.
“Todos nos enfrentamos a un desafío real y las cifras que se registraron en el último periodo son más que impactantes. El asunto requiere medidas decisivas”, advirtió Hamad Hassan, quien añadió que las camas de cuidados intensivos en los hospitales estatales y privados ahora están llenas.
Al menos la mitad de los 55 centros médicos de Beirut quedaron fuera de operación luego del estallido de 2.75 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto durante al menos seis años, de acuerdo con un recuento realizado por la Organización Mundial de la Salud; los que quedaron, se vieron rebasados por la atención a los miles de heridos.
El funcionario, posteriormente, aclaró a la agencia Reuters que aún no se perfila el cierre del aeropuerto del país, debido a que los contagios son principalmente en el interior.
“El peligro real es la propagación dentro de la sociedad. Todos deben estar en alerta máxima y tomar las medidas de prevención más estrictas”, aseveró.
Todos nos enfrentamos a un desafío y las cifras en el último periodo son impactantes. El asunto requiere medidas decisivasHamad Hassan, Ministro de Salud interino de Líbano
En la misma semana de ocurrida la tragedia, expertos en salud ya habían advertido que el incremento de los contagios era un riesgo latente, pues la saturación de los nosocomios impediría la atención, al tiempo que se convertiría en focos de contagios, debido a que sería imposible mantener la distancia de seguridad.
Además, alrededor de un cuarto de millón de libaneses sin hogar, tuvieron que recurrir a las viviendas de familiares, y unos más, en un acto solidario, ofrecieron sus domicilios a los damnificados, incluso a desconocidos, a través de redes sociales.
De acuerdo con un análisis de los datos oficiales del Ministerio de Salud, ya desde el último tercio de julio el país comenzó a reportar cifras diarias de contagios por encima de los 100 casos, algo que antes sólo había ocurrido una vez, el 11 de julio. Desde entonces, el día con menos registros de infecciones fue el 29 de julio, con 129.
Sin embargo, apenas un día después del estallido se reportaron 255, en la que era la cifra más alta hasta el momento. En sólo dos semanas desde la explosión (el 4 de agosto, cuando se añadieron 146 enfermos), los contagios se incrementaron 132 por ciento, tras rebasarse este fin de semana los 400 diarios y llegar a los 456 contabilizados ayer, los cuales corresponden al domingo.
Beirut, que pese a ser la capital, es una de las provincias más pequeñas del país (aunque concentra cerca de una sexta parte de los habitantes), tiene mil 442 enfermos reportados desde el inicio de la pandemia.
DECEPCIONA RESPUESTA A EXIGENCIAS DE REFORMA. Las advertencias de funcionarios occidentales sobre la necesidad de reformas en el Líbano han provocado respuestas decepcionantes por parte de los líderes políticos del país, aseveró ayer Jan Kubis, coordinador especial de la ONU para Líbano, a través de su cuenta de Twitter.
Funcionarios del Grupo de Apoyo Internacional (ISG) para el Líbano, que incluye a las Naciones Unidas, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, quienes visitaron la ciudad después de la explosión del 4 de agosto, advirtieron que no extenderían un salvavidas financiero al país si sus líderes no abordan la corrupción y la mala gestión.
“Con gran preocupación, los embajadores del ISG discutieron hoy la profundización de la crisis general en el Líbano. Las expectativas de la comunidad internacional son bien conocidas; sin reformas urgentes que requieran un amplio apoyo político, el Líbano no puede contar con ningún rescate”, tuiteó.
La llamada se hace eco de otras potencias occidentales, incluido el presidente francés Emmanuel Macron y el subsecretario de Asuntos Políticos de Estados Unidos, David Hale, quienes visitaron Beirut. Hale dijo que el Líbano necesitaba “mejores reformas económicas y fiscales, el fin de la gobernanza disfuncional y las promesas vacías”.
El ahora gabinete interino extendió el lunes el estado de emergencia, decretado el 5 de agosto, hasta el 18 de septiembre.
- El dato: Un tribunal respaldado por la ONU emitirá hoy la sentencia por el asesinato del primer ministro, Rafik al-Hariri, por un ataque con coche bomba en 2005, veredicto aplazado tras la explosión.