Serena Williams enfrentaba ya dificultades para seguirle el ritmo a una desenfrenada semifinal del Abierto de Estados Unidos. De pronto, se paró detrás de la línea de fondo tras disputar un punto del tercer set, y se agachó.
La estrella estadounidense se mantuvo en esa posición durante unos segundos que parecieron eternos. Se sujetó el tobillo izquierdo y pidió la ayuda de una kinesióloga.
Tras solicitar la pausa, recibió un vendaje. En un santiamén, su intento por obtener su título 24 de Grand Slam parecía descarrilar. Mientras, su rival Victoria Azarenka estaba sentada a un costado de la cancha, con los ojos cerrados y con la mayor calma que la situación permitía.
Tras una interrupción de unos cinco minutos en el estadio Arthur Ashe, las acciones se reanudaron. Williams retomó la fuerza de sus gritos y de sus disparos.
Hay una evidencia del brillo que desplegó Azarenka: Logró 12 winners e incurrió apenas en un error no forzado en el segundo set. Dominó desde la línea de fondo en el tercero, especialmente con el revés.
Así, se apuntó su primer triunfo sobre Williams en 11 duelos del Grand Slam entre ambas.
El sábado, se medirá con Naomi Osaka, en una pulseada entre dos tenistas que han ganado majors y que han estado en el primer sitio del escalafón mundial. Por mucho, ambas han sido las mejores en el mes transcurrido desde que se reanudó la campaña largamente interrumpida por la pandemia de coronavirus.
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