El Barcelona demostró ayer por qué es el equipo más ganador de la Copa del Rey al eliminar al Sevilla para avanzar por séptima temporada consecutiva a la final de esta competencia, después de que llegó al choque de vuelta con una desventaja de 2-0 ante los andaluces.
El mal momento que vive el equipo catalán no fue impedimento para que remontara al conjunto andaluz, que en el segundo capítulo ante los blaugranas apostó por defender la ventaja conseguida el pasado 10 de febrero y lo pagó caro gracias a los goles de Ousmane Dembélé y Gerard Piqué, quien en tiempo de compensación empató el global y mandó el juego celebrado en el Estadio Camp Nou a tiempos extra, donde Martin Braithwaite sentenció la victoria de los locales y el 3-2 definitivo en el global.
El equipo local salió desde el silbatazo inicial con la intención de generar peligro al frente para vencer el marco defendido por el guardameta checo Tomáš Vaclík.
El esfuerzo rindió frutos pronto, pues al minuto 12 el francés Ousmane Dembélé puso arriba a los blaugranas con un golazo fuera del área tras sacar un potente disparo de derecha.
En la parte complementaria, la escuadra dirigida por Julen Lopetegui se replegó, apostando así por mantener su ventaja de un gol en el global en lugar de buscar uno que le diera tranquilidad y prácticamente sepultara las aspiraciones de los catalanes.
Al minuto 62, Ronald Koeman mandó al terreno de juego al francés Antoine Griezmann en lugar del estadounidense Sergiño Dest en el que fue el primer ajuste del estratega neerlandés. Pocos minutos después, al 66’, Jordi Alba reventó el travesaño al impactar el balón con un vistoso tiro de volea.
Parecía que era cuestión de tiempo para que el Barça encontrara ese tanto que le faltaba para forzar los tiempos extra, pero al 71’, el silbante José María Sánchez señaló un penalti a favor de los nervionenses por una falta de Óscar Mingueza sobre Lucas Ocampos, quien ejecutó el cobro desde los 11 pasos, el cual, para fortuna de los de casa, atajó sin problemas el alemán Marc-André ter Stegen.
La falta de claridad en el área de los visitantes no permitía que llegara ese tanto que anhelaban los culés para mandar el partido a tiempos extra. Al 86', Messi y compañía reclamaron un penalti por una posible mano de Lucas Ocampos.
Sánchez agregó cuatro minutos de compensación y al 94’ Gerard Piqué se puso la capa de héroe para emparejar el global y enviar el choque a la prórroga. El defensa central remató con la cabeza un servicio enviado por Griezmann desde el sector izquierdo.
Apenas a los cinco minutos del primer tiempo extra apareció el danés Martin Braithwaite para colocar el tercero en la frente de los sevillanos con un tanto de cabeza después de un centro de Jordi Alba y sentenciar la eliminatoria.
La polémica no podía faltar en un partido tan dramático e hizo acto de presencia al minuto 100, cuando el VAR no marcó un posible penalti en favor de los visitantes luego de una supuesta mano de Clément Lenglet, a quien primero el balón le pegó en el pecho.
El Sevilla terminó el cotejo con dos menos tras las expulsiones de Fernando Reges (92') y Luuk de Jong (103').
Los blaugranas necesitaban la remontada para así alcanzar su séptima final consecutiva en la Copa del Rey, instancia a la que no faltan desde la Temporada 2013-2014, cuando sucumbieron 2-1 a manos del Real Madrid.
Los dirigidos por Ronald Koeman llegaron así a su segunda final bajo las órdenes del neerlandés, con quien el pasado 17 de enero perdieron la Supercopa de España contra el Athletic de Bilbao.