En entrevista exclusiva con La Razón, Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez reconocieron lo felices que están después de ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y la escuela de talentos que es México en los clavados.
Orozco resaltó que a ella le tocó vivir dos generaciones de clavadistas, los experimentados que llevaron al país a lo más alto en dicha disciplina y las caras nuevas que vienen exigiendo ser mejor cada día.
“Nuestra compañera china disfrutaba todos sus clavados, era muy padre ver que le daban 10 perfectos y es lógico que cada vez sean más jóvenes los deportistas. El detalle cuenta y más en nuestro deporte, hay que pulir las cosas. A mí me tocó estar en dos cambios de generación muy fuertes; la de los experimentados que ya van de salida y los nuevos rostros que nos vienen empujando; eso habla de que en México hay escuela y potencial a gran nivel y en mi caso lo tomo con mucho orgullo, mucha responsabilidad, me toca ser el ejemplo de muchas generaciones y así como nosotros nos inspiramos de los grandes, ahora nos toca ser esa inspiración para las nuevas generaciones. Crean que no hay límites, que sí hay momentos difíciles, pero todo es posible si lo quieren lograr”, comentó.
Por su parte, Agúndez estuvo muy cerca de convertirse en la primera mexicana en ganar dos medallas en una misma justa y, a pesar de que no lo logró, eso la motiva para ponerse más metas en su carrera.
“En mi caso que quedé con medalla y cuarto lugar puedo decir que mis resultados los trabajé, me esforcé para ambas pruebas y el cuarto lugar me deja un grato sabor, pero también ganas de más, con una gran motivación y no le quito su mérito, tiene un valor y deja una fuerte motivación para ponerme más metas”, destacó Agúndez.
Una de las imágenes que causó polémica fue cuando Orozco y Agúndez celebraron la medalla sin que aún terminara la competencia a lo que muchas personas lo vieron como una falta de respeto a sus rivales, pero ellas aseguraron que no lo hicieron con ningún dolo, solamente fue espontaneo.
“Estábamos contentas de haber hecho bien nuestro trabajo, de quitarnos tanta presión y fue de lo más natural, en ningún momento pensamos en ofender o faltar al respeto. En clavados todo es muy sano y nos llevamos muy bien con todas nuestras rivales. Nosotras lo hicimos muy natural y fue muy emocionante que después de todo el trabajo ya estabamos en esa final, ya habíamos hecho nuestro mejor esfuerzo y quizá ahí lo único es que teníamos que esperar a que terminara la competencia, pero nosotras lo disfrutamos mucho y vivimos el momento y no nos enfocamos en el hate sino en todo lo contrario”, destacó Orozco, quien se recupera actualmente de una operación en el hombro.
Restan tres años para que se lleven a cabo los JO de París 2024 y Agúndez como Orozco se sienten seguras y confiadas de que llegarán juntas a competir por otra medalla.
“París 2024 es nuestro objetivo, pero vamos a descansar, ya que meses previos a Juegos Olímpicos fueron muy pesados de entrenar ocho horas al día. Vamos a descansar y después platicaremos con nuestro entrenador para planificar lo que venga. Lo próximo serían las series mundiales, pero aún no hay fechas, entonces estamos a la espera y una vez que regresemos con todo el ánimo, dando el 100 en cada entrenamiento, y vamos paso a paso”, mencionó Agúndez, originaria de La Paz, Baja California Sur.
Por último, reconocieron lo complicado que fue entrenar durante la pandemia y que dicha situación les causó mucho conflicto, pues ambas se contagiaron en diciembre y tuvieron que para por varios días, pero al final lograron reponerse y así lograron meterse al duelo por las medallas en Tokio 2020.