Dice mucho sobre Novak Djokovic que al encontrarse perdiendo dos sets contra cero en Wimbledon, en un día en el que estaba lejos de su mejor versión, nadie creyó que el desenlace era ineludible.
Dice mucho sobre su supremacía en el All England Club en años recientes. Dice mucho sobre su capacidad para hacer ajustes, adaptarse, improvisar correctivos sobre la marcha. Y mucho sobre lo que podía pasar si eventualmente se enchufaba en el partido y lo llevaba a un quinto set.
Nole estuvo al borde del precipio ante el italiano Jannik Sinner, pero el máximo cabeza de serie acabó recuperándose para alzarse con una victoria 5-7, 2-6, 6-3, 6-2 y 6-2 que le depositó por onceava ocasión en las semifinales de Wimbledon. También fue su 26º triunfo seguido en el torneo de Grand Slam en césped.
“Siempre creí que podía darle la vuelta al partido”, afirmó Djokovic.
Entre los hombres, únicamente Roger Federer, con 13, ha acumulado tantas presencias en las semifinales en la Catedral del tenis. Y sólo Federer, con ocho, supera en la cuenta de títulos los siete que Djokovic podría alcanzar si el domingo se proclama campeón por cuarta edición seguida.
“Te hace jugar de manera diferente, bueno no tan diferente, sino como a él le gusta”, dijo Sinner.
Djokovic protagonizó apenas una de varias remontadas de un día muy soleado.
En cada uno de los cuatro duelos de cuartos, el jugador que cedió el primer set acabó victorioso. El británico Cameron Norrie (9º preclasificado) superó 3-6, 7-5, 2-6, 6-3 y 7-5 al belga David Goffin; la tunecina Ons Jabeur eliminó 3-6, 6-1, 6-1 a la checa Marie Bouzkova y Tatjana Maria venció 4-6, 6-2 y 7-5 en un duelo de alemanas.
Norrie, Jabeur y Maria estarán en las semis de un Grand Slam por primera vez.
Los otros dos cruces de cuartos en el cuadro masculino serán el miércoles: el español Rafael Nadal contra el estadounidense Taylor Fritz y el australiano Nick Kyrgios frente al chileno Cristian Garín.
Maria, la número 103 del ranking, se convirtió en apenas la sexta mujer en la era abierta (que comenzó en 1968) que alcanza esa instancia tras haber cumplido los 34 años de edad.
Es una lista cargada de leyendas: Martina Navratilova, Billie Jean King, Chris Evert, Serena Williams y Venus Williams.
Éste es el 35º Grand Slam que disputa Maria. Lo más lejos que había llegado previamente fue una tercera ronda.
Maria se topará con Jabeur (3a preclasificada) por una plaza en la final del sábado.
Los otros duelos de cuartos se jugarán el miércoles: la rumana Simona Halep, campeona en 2019, frente a la estadounidense Amanda Anisimova y la kazaja Elena Rybakina contra la australiana Ajla Tomljanovic.
Del grupo de cuarto finalistas de la llave femenina, Halep es la única con cetros de Grand Slam, un total de dos.
Por séptima vez en su carrera, Djokovic remontó un partido en el que quedó abajo por dos sets (el último fue en la final del Abierto de Francia contra Stefanos Tsitsipas el año pasado) y el serbio de 35 años quedó con marca de 37-10 en duelos al máximo de cinco parciales. La foja es de 10-1 a esa distancia en Wimbledon, con nueva victorias al hilo; y la única derrota remontándose a 2006.
“He pasado por esta situación tantas veces”, dijo Sinner, quien con 20 años asoma como una de las grandes promesas
El martes, Sinner se puso al frente un set y quiebre cuando Djokovic mandó larga una devolución de revés, sin poder ocultar su desánimo. Sinner quebró otra vez para irse arriba 5-2. Después de hora y media, el italiano acariciaba la mayor victoria en su naciente carrera.
Justo antes de iniciar el tercero, Djokovic acudió al baño, como lo hizo en Roland Garros ante Tsitsipas hace 13 meses.
“Cuando quedas en estas situaciones particulares, cuando quedas dos sets abajo, tienes un poco más de calma, un poco de confianza. Tienes más convicción”, dijo Novak Djokovic.
Djokovic mejoró tras la reanudación.
Después de acumular 19 errores no forzados en los primeros dos sets, apenas sumó 14 en los últimos. Después de sufrir cuatro quiebres en los primeros dos sets, se llevó 14 en los últimos tres.
