Tres meses después de su coronación mundial en Qatar 2022, la selección de Argentina, encabezada por Lionel Messi, volvió a las canchas para estrenar su trofeo en un amistoso contra Panamá, ante la algarabía de toda su afición en el Estadio Monumental en la capital Buenos Aires.
Cuatro horas antes del arranque del juego contra los Canaleros, el público argentino disfrutó de una jornada especial y llena de música, ovaciones y llantos de emoción.
El DJ Fer Palacios empezó a calentar la fiesta en la que se proyectó la "película de los campeones", seguida por Los Totora, a puro ritmo, con los asistentes al estadio cantando y bailando mientras esperaban la salida de todos los integrantes de la Albiceleste.
Los primeros aplausos de la tarde se los llevó el portero Emiliano 'Dibu' Martínez, quien en Qatar 2022 fue fundamentan con sus atajadas en las series de penaltis contra Países Bajos y Francia en cuartos de final y final, respectivamente.
"Somos campeones otra vez", "Muchaaaachos" y "El que no salta es un inglés", fueron algunos de los cánticos entonados por los hinchas argentinos.
Uno de los momentos más esperados por la fanaticada era la salida de Messi a la cancha del Monumental. La Pulga se llevó la ovación más grande de todas y mandó un saludo a todo el público, al tiempo que se sumó al calentamiento con sus compañeros previo al amistoso contra Panamá.
Operativo inédito para Argentina y Messi
Con sigilo y un dispositivo de seguridad similar al que se le brinda a un presidente, Lionel Messi y sus compañeros fueron trasladados al Monumental con varias horas de anticipación al comienzo de los festejos.
El inédito operativo a cargo de cientos de agentes federales tuvo por objetivo evitar los desbordes que se produjeron en diciembre cuando cinco millones de personas colapsaron las calles de la capital argentina para recibir a los campeones del mundo dos días después de derrotar a Francia.
Para evitar contratiempos que pusieran en riesgo la llegada de los homenajeados, los jugadores viajaron en cuatro camionetas y llegaron al estadio seis horas previas al comienzo del partido y antes de habilitarse el ingreso del público, mediante un operativo que se guardó bajo estricto secreto.
EVG