La brillante carrera en el box que tuvo Julio César Chávez estuvo llena de lujos y varias cosas más que en primera instancia desearía cualquier persona.
Sin embargo, las adicciones le fueron quitando al César del Boxeo todas esas cosas materiales como mansiones y yates. La caída fue tan dura que hubo un momento en el que la leyenda del pugilismo no veía la salida y estuvo a punto de suicidarse.
"Después de mi recuperación me pasaron cosas increíbles, nunca me quedé en la calle, pero imagínate, después de tener millones de dólares, de tener avión privado, después de tener yates, mansiones, todo eso se te fue, irlo perdiendo por tu adicción, y al final verte en tu casa solo como los perros; dices tú, 'a la madre'; es ahí donde yo estuve a punto de quitarme la vida", confesó Julio César Chávez en una entrevista con el también exboxeador Marco Antonio Barrera.
El desconcierto en aquella etapa de su vida era tan grande, que aunado a la depresión que lo alcanzó también se sintió muy mal porque su esposa y el promotor Don King lo demandaron.
"Entré en depresión, me acabada de demandar mi esposa, porque supuestamente yo la había golpeado y por drogadicto, y nunca la golpeé, ella lo sabe, imagínate si le hubiera pegado, eso fue un plan de su abogada para quedarse con todo; luego me viene una demanda de Don King, una de Hacienda y mi codo lo tenía casi podrido, además andaba bien loco y dije: 'me voy a quitar la vida", profundizó.
Su cuñado evitó que se quitara la vida
Julio César Chávez recordó que cuando estuvo a punto de quitarse la vida con una pistola encerró a sus trabajadores para que ninguno de ellos impidiera la tragedia.
Sin embargo, El Gran Campeón Mexicano comentó que su cuñado Michael llegó al rescate cuando lo peor estaba por ocurrir, aunque a ciencia cierta no sabe cómo fue que se enteró.
"Todos mis trabajadores estaban llorando, porque yo empecé a gritar, 'me voy a quitar la vida', como loco, agarro la pistola, me salgo al área de la alberca y los encerré a todos, para que no pudieran salir a detenerme; me puse la pistola, y pas, pas, no pasó nada, y a la tercera, no sé cómo se enteró mi cuñado Michael, se saltó, y me mueve el arma hacia arriba, cuando salió el balazo me tumbó todos los pelos del cráneo", finalizó.
EVG