Se suponía que Lionel Messi debió entrenar junto a sus compañeros del Paris Saint-Germain, y más con el club inmerso en una apretada puja por el título de la liga francesa.
En cambio, el astro argentino se encontraba en Arabia Saudita, sosteniendo un halcón blanco en su brazo, presenciando una demostración de tejido de palmeras y visitando el Museo del Caballo Árabe, todo como parte del contrato de promoción turística que firmó.
Acabó siendo un viaje costoso para el flamante campeón mundial.
Según versiones de la prensa francesa, el PSG suspendió a Messi durante dos semanas, en las cuales no recibirá salario ni podrá entrenarse con el equipo. La sanción podría marcar el final de una turbulenta y (en cierta medida) decepcionante etapa de dos temporadas en un club muy acostumbrado a los culebrones dentro y fuera de la cancha, dada la presencia de superestrellas como Mbappé y Neymar.
También pone en evidencia las tensiones ahora que Qatar y Arabia Saudita, vecinos en el Golfo Pérsico y que recientemente rompieron diplomáticas, se han convertido en actores principales.
Messi quedó en medio de todo, por decisión propia y porque todos, dentro y fuera del futbol, quieren algo de uno de los mejores jugadores de la historia.
El capitán de la Albiceleste nunca quiso jugar para el PSG, club propiedad de Qatar Sports Investments, pero no tuvo otra opción que hacerlo en 2021, luego que el Barcelona, el club de sus amores, se vio asfixiado por un desastre financiero del cual aún no sale.
De inmediato, Messi quedó en la telaraña de los qataríes, dado que QSI es una subsidiaria del fondo soberano del emirato y con ello abrió la puerta para que se le acusara de sportswashing.
Messi se metió en una situación más delicada el año pasado, apenas meses antes del Mundial de Qatar, cuando aceptó convertirse esencialmente en un embajador de Arabia Saudí.
Así que su viaje de esta semana al reinado, que decidió pese a no contar con el permiso del PSG y durante días en el que se le pidió al plantel entrenarse tras la derrota como local 3-1 ante Lorient el domingo.
Según el diario francés L’Équipe, el técnico del PSG, Christophe Galtier, le había prometido a los jugadores darles libre el lunes y martes si vencían a Lorient. En cambio, el equipo entrenó y recibió descanso el martes.
A raíz de la suspensión de Messi, la Autoridad de Turismo de Arabia difundió un voluminoso comunicado para detallar las actividades de alguien al que describió “icono del futbol”, acompañado por su familia, durante un día en el que se suponía iba a estar en Francia. La expedición incluyó “dar de comer a las gacelas árabes autóctonas” y que la familia Messi aparentemente quedó “encantada por la autenticidad y la arquitectura de At-Turaif y la belleza de los caballos”.
De momento, su vínculo con el PSG está por cortarse. Su contrato finalizará al término de esta temporada y la incertidumbre rodea su próximo destino del que se rumora es Barcelona.