Michigan Wolverines ganó su 12 título nacional de la historia y el primero desde 1997 tras vencer por 34-13 a los Washington Huskies en la gran final del College Football Playoff National Championship, cortando así una racha de 26 años sin tocar la gloria.
Por cuarta vez en la NCAA, desde que en 2014 se juega bajó el sistema CFP, dos equipos invictos se enfrentaron en la final por la supremacía del futbol americano colegial en Estados Unidos.
El NRG Stadium de Houston, Texas, fue sede el choque entre los Huskies y Wolverines, que aunque no forman parte de la misma se han enfrentado, contando esta final, 14 veces. Washington milita en el Pac12 y Michigan en el Big Ten. El balance favorece a Michigan 9-5.
Michigan, al mando de Jim Harbaugh, exhead coach de los San Francisco 49ers, dominó la primera mitad con 17 puntos, por 10 por parte de Washington, que en el cierre de el segundo cuarto consiguieron una serie que terminó en touchdown, para no irse con tres puntos solamente.
Para el segundo cuarto la defensiva de los Huskies, campeones del Sugar Bowl, ajustó y los Wolverines no pudieron correr el balón como lo hicieron en la primera manga del duelo, en donde tuvieron dos anotaciones por acarreo.
El tercer cuarto empezó de la peor manera para Washington, ya que el mariscal de campo Michael Penix Jr. fue interceptado y al salir del campo tuvo que ser atendido por los servicios médicos por un golpe en su pie, aunque para fortuna de su equipo regresó para la siguiente serie ofensiva.
Los Wolverines, ganadores del Rose Bowl, incrementaron la ventaja hasta por 14 puntos, dejando una pesada losa para los Huskies, que estuvieron imprecisos, incluyendo una nueva intercepción en el cuarto periodo, con 4:30 minutos por jugar que sentenció el duelo.
Esa intercepción los dejó a las orillas de otra anotación, la cual cayó de inmediato y dejó el marcador con una gran ventaja. La defensiva y el juego terrestre fueron claves para que el equipo de Jim Harbaugh pudiera ser el campeón nacional con Michigan.
Los equipos que llegaron a la final dominaron el futbol colegial, con los Wolverines primeros y Huskies segundos, siendo la cuarta ocasión que los dos primeros rankeados definen al campeón bajo este nuevo formato.
Clemson y Alabama protagonizaron la primera final con equipos invictos. Fue en 2019 cuando las dos escuadras se presentaron con récord de 14-0, esta misma marca se presentó un año después cuando LSU y de nueva cuenta Clemson se vieron en la final.
Por tercer año en fila dos escuadras imbatibles definieron al monarca. Alabama regresó al cotejo por el título y su rival fue Ohio State, aunque el primero tenía foja de 12-0 y el segundo de 7-0, esto debido a por la pandemia de COVID-19 los equipos solo se midieron a equipos de su conferencia.
En 2013 la NCAA cambió su formato y se implementó un sistema de semifinales y final para conocer al monarca colegial de la nación norteamericana, supliendo lo que era el BCS National Championship Game.
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