El ruido fue ensordecedor y constante, el coro de miles gritando “¡Rafa, Rafa!” cada vez que el tenista que tanto admiran lograba exhibir esos chispazos de brillantez que tantas veces produjo con regularidad en el Abierto de Francia y otros escenarios durante el paso de los años.
Rafa Nadal se despidió a las primeras de cambio al sucumbir 6-3, 7-6 (5) y 6-3 ante el cuarto cabeza de serie, en el que podría haber sido el último partido en el torneo donde ha sido el rey, algo que solamente ha sucedido en tres ocasiones cuando debuta en Roland Garros.
Los 15 mil espectadores rugieron cuando Rafael Nadal ingresó a la pista Philippe Chatrier el lunes.
Cuando el 14 veces campeón de Roland Garros se aproximó a la red para el lanzamiento de la moneda previo al duelo. Cuando empezó a blandir la raqueta en el calentamiento. Y, especialmente, cuando pegaba de zurda con su característico topspin, clavando su revés de dos manos o dejando una perfecta volea para ganar un punto.
El problema para Nadal y para sus seguidores es que esos puntos no fueron muchos durante su enfrentamiento contra Alexander Zverev. No encontró el nivel suficiente de antaño para que el español de 38 años, con un físico maltrecho por las lesiones, pudiera conseguir una victoria adicional, por mucho que la gente en las gradas hiciera fuerza sobrehumana para que eso fuera realidad.
“Si es la última vez lo he disfrutado.Estoy tranquilo conmigo mismo”, mencionó Rafael Nadal al término del juego.
Fue la primera vez en su larga e ilustre carrera que Nadal pierde dos partidos consecutivos en canchas de arcilla (cayó ante Hubert Hurkacz en el Abierto de Italia el 11 de mayo) y la primera vez en la que cae en un duelo previo a la cuarta ronda del Abierto de Francia.
“Han sido años intensos y difíciles por las lesiones. Estar aquí ha sido un sueño. Fui competitivo y tuve mis oportunidades, pero no fue suficiente”, aseguró el tenista ibérico ante sus fans.
Rafael Nadal ha indicado que 2024 podría ser su última temporada antes de retirarse, pero el sábado señaló que no estaba ciento por cientoseguro de que no volvería a jugar en Roland Garros. Y lo reiteró tras su derrota el lunes, apenas la cuarta en 116 partidos en el Grand Slam en superficie de arcilla.
Cuando acabó, en una manera decepcionante, con un Rafa Nadal que no estaba a su nivel habitual tras un martirio de año y medio con una lesión en la cadera y un desgarro abdominal, el campeón de 22 Slams agradeció al público por “la increíble energía” que le dieron durante 3 horas y 5 minutos de juego.
“Me cuesta hablar. No sé si será la última vez, no lo puedo decir al cien por ciento”, dijo Rafael Nadal, cuyo hijo de año y medio de edad, Rafael, se sentó en el regazo de su madre en la grada.
Rafa Nadal puso en duda su participación en Wimbledon, el Slam en césped.